Desde hace 15 años la Red Ecuatoriana de Cultura Funeraria, filial local de la Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de Cementerios Patrimoniales, ha venido desarrollando proyectos en los que los espacios de la muerte y las practicas relacionadas a ella han sido usadas en sentidos pedagógicos y políticos que interpelan a la historia oficial y permiten avizorar las voces de las comunidades. Los cementerios y espacios funerarios son, más allá de su evidente servicio de receptores de cuerpos humanos, poderosos yacimientos de memoria, aulas abiertas, reservas naturales sagradas o sitios simbólicos. Las prácticas rituales relativas a la muerte, por su parte, están dentro de las más íntimas expresiones que ha desarrollado la especie e integran a su alrededor elementos culturales, económicos, políticos, artísticos y religiosos.
En el año 2017, gracias al apoyo del Instituto
Metropolitano de Patrimonio, se realizó un estudio en Calderón denominado
“Metodologías para la auto gestión del patrimonio funerario rural del Distrito
Metropolitano de Quito”. Como su nombre lo indica, este trabajo buscó
interpelar a las comunidades desde los archivos, los espacios de la muerte y la
memoria. Se integraron decenas de actores comunitarios a debates profundos en
torno a la muerte, sus espacios y la historia social. El resultado de este
proyecto fue reconocido, en la ciudad de Cochabamba - Bolivia, con el Premio Iberoamericano a la
Investigación Comunitaria por la Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de
Cementerios Patrimoniales. Sin embargo, quizá aún más importante que aquello,
fue que en las comunidades trabajadas nos integramos a grupos de vecinos,
activistas, comuneros y emprendedores que se interesaron en las posibilidades
que los estudios funerarios podían aportar al auto reconocimiento de su
situación y a la proyección de un futuro cimentado en el respeto a la memoria
de los antepasados y en el orgullo que aquello produce.
Esta publicación es un resumen de las lecturas comunitarias de documentación de archivo y de historiografía relacionada a Calderón; también es una muestra de las decenas de horas de grabaciones que se obtuvieron en entrevistas y grupos focales en cementerios y espacios simbólicos que fueron usados como escenarios para el florecimiento de las memorias comunitarias. Este no es, por tanto, un libro donde los investigadores dialogan solos, sino un espacio en el que se busca sean escuchados los pobladores y sus voces. Proponemos un estudio en el que se enfrenten los datos del archivo con la memoria de las poblaciones así, en lugar de precisión, encontraremos profundidades y potencialidades que servirán a las colectividades mucho más que un bien catalogado como patrimonial. La experimentación metodológica propuesta contempla el diálogo entre el dato y la memoria; comprendemos que como resultado se producirá la reflexión. Entendemos que detrás de la noción de patrimonio funerario subyacen temas tan profundos como el cuerpo, la biopolítica, la gestión urbana y la memoria social de los pueblos.
Paralelamente, hemos buscado trabajar con base en
relatos, tradiciones y juegos funerarios de la Parroquia para convertirlos en cuentos
de un bello libro infantil. Estos cuentos y actividades tienen a la muerte
como eje articulador; sin embargo, no se trata de una muerte tenebrosa y
desoladora, sino más bien de cómo una muerte comunitaria y abrazadora muestra
que en ella también se pueden entrever los lazos que nos unen a la sociedad y
los afectos que dan sentido a la vida. A través de los relatos de la muerte en
Calderón, se propone que se desarrollen actividades y espacios de apoyo y
lectura conjunta en la que las niñas y los niños puedan reflexionar ética y
críticamente sobre este hecho que nos hace humanos y parte del mundo natural y
espiritual. También se busca que se piense con respeto sobre las creencias y
concepciones de distintos grupos humanos respecto de algo tan trascendente.
Ambas obras se presentarán, en primer lugar, en la
comunas y centros parroquiales donde se levantó la información:
Viernes 21 de marzo, Casa Comunal de Llano Grande. 19h00
Sábado 22 de marzo, Casa Somos Calderón. 17h00
Sábado 29 de marzo, Casa Comunal de San Miguel del Común.
10h30
Sábado 29 de marzo, Salón Parroquial de Zámbiza. 18h00