martes, 10 de noviembre de 2009

EL ÁNGEL CAÍDO

El cuerpo del ardiente socialista iba dos días sin ser retirado de la morgue. No hubo documentos para identificarlo y su rostro deforme por el golpe directo con la calzada – debido a una caída desde altura considerable, según reza el informe policial- impedía describir sus características físicas.

Salgo de clase de constitucional, difícil entender un derecho que en papel pregona lo que en la práctica se viola. Ya no quiero más broncas con el profe, como es «chino» nos obliga de nuevo a ir a una marcha dizque por la seguridad en la Universidad. Claro, qué conveniente ahora en elecciones. Pero me voy a fugar de la marcha. Afuera me espera la Rosa María; mi Rosa morena, ángel sureño que me aceptó así, como soy: pobre estudiante del Tena. Ay mi Rosa Chicaiza, a ver si esta vez ya cae. Qué rico besarle ese oscuro pezón y oír su gemido agitado.

Ya está ahí el Darío jodiéndole a mi Rosa. – Ve chucha ya ándate a tu marchita, venga mi amorcito que quiero invitarle un morochito. ¿Cómo le fue en el cole?

Cuadro de Efraín Recalde, 1986

Este Darío nunca aguantó que la Rosita sea mi noviecita. El muy cabrón va tres meses queriéndomela cruzar. El primer golpe no lo sentí, algo gritaban los del consejo estudiantil, que yo era un longo sublevado, que cómo era posible que no me sumara a la causa compañeros. Ahí ví que mi Rosita María lloraba sin consuelo. ¡Y reaccioné pues, qué querían! Me tenía que salir lo bravo y le doy un quiño en la trompa al Darío, cayó nomás temblando.

Ahora sí abrázame mi Rosa vamos al morocho que estas marchas y consignas no me gustan. Otra vez llora mi Rosa, pero ¿por qué corre, a dónde va amorcito? Se fue corriendo como un perrito que ha visto un fantasma o algo raro. Ya quise voltearme y no pude, ahí recién sentí el puñal en la espalda. Les veo cómo me amarran de manos y pies pero nada siento, en brazos me llevan a la manifestación suya, sus pullas dicen que soy un traidor y vamos de subida al puente peatonal. Ahí lo descubrí mi Rosita, ahí noté que puedo volar, cuando me lanzaron directo a la calle desde allá arribota y parecía que me iba a dar la trompa con el asfalto pero volé y ahora volando voy junto a estas tórtolas para encontrarte a la salida del Odilo Aguilar, como todos los días, pero no me ves Rosita estoy aquí arriba, no te vayas con el Darío, ese no te quiere. Aquí te cuido, comiendo morocho, mi Rosita Morena….

Desmodus Rotundus

desmodus.poetry@gmail.com

2 comentarios:

Red Ecuatoriana de Cultura Funeraria dijo...

Bien está, hasta foto y mail ha puesto Cumpay figuretti, luego no se quejará que le salgan fans desquiciadas jaja

Fuxion Internacional dijo...

Bien gemelito super bien pero tienes mejores poemas publicalos y avisamef
Un abrazof