Jovencitas con elegantes vestidos en tonos fucsia, beige y celeste,
chicos con pantalón negro y camisas mangas largas blancas, con un lazo
negro como adorno y unos mil invitados ataviados para una fiesta
ingresaban al cementerio de Quinindé, ubicado sobre la avenida 6 de
Diciembre.
Diversas preguntas surgieron entre las personas que pasado el
mediodía del sábado los miraban entrar al camposanto. Cuando se
enteraron que era una fiesta rosada que celebrarían entre las tumbas,
unos calificaron el hecho como una “locura” y llevados por la curiosidad
entraron al sitio para presenciar la gala.
Bajo el canicular calor, en la entrada principal, la corte de honor,
conformada por compañeros del colegio, parientes y amigos recibieron a
la homenajeada, Paoly Soany Pata Muñoz. Una gigantografía de ella,
luciendo un precioso vestido, acompañada de sus padres, lentamente
ingresó, mientras sus compañeros con velas encendidas daban la
bienvenida.
Fue como una de las tradicionales fiestas con las que sueñan muchas
de las quinceañeras. Solo que en esta ocasión la agasajada descansaba en
una tumba. Paoly murió en un accidente de tránsito. El 26 de noviembre
del año pasado fue atropellada en el barrio San Vicente, del cantón
Quinindé.
Quedó con lesiones en su cabeza, la llevaron a una clínica en Santo
Domingo, pero lamentablemente falleció por los fuertes golpes en el
cerebro.
En la fiesta no se escapó ningún detalle. Magaly Muñoz, madre de la
agasajada, con lágrimas agradeció a Dios y a quienes la apoyaron para
organizar la celebración, que era el sueño de su hija Paoly, quien pidió
a sus padres que le hicieran su quinceañera así esté muerta y por ello
hicieron realidad su anhelo.
Fuente: http://www.diario-extra.com/ediciones/2012/05/21/especial/fiesta-rosada-en-el-cementerio/
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