domingo, 22 de febrero de 2015

Europa: la profanación de cementerios judíos se extiende






Francia, junto con España y Grecia, es el país más antisemita de Europa, según revela el sitio de información israelí HRG, que explica que en el país de François Hollande se produjeron 854 actos antisemitas durante el pasado año 2014. De estos ataques, alrededor de una treintena consistieron en la profanación de cementerios judíos. A lo largo de los últimos días, casi medio centenar de tumbas judías han sido violentadas a lo largo y ancho del territorio galo.
En Europa occidental, la profanación de tumbas y de cementerios judíos también es un delito especialmente extendido en el Reino Unido y Alemania. Grupos neonazis, satanistas o de extremistas musulmanes son, generalmente, los responsables de estas agresiones.
Según publica el diario “Le Figaro”, en Europa central y oriental, los cementerios israelitas deben hacer frente a una doble amenaza: el vandalismo y el abandono. En muchos casos, comunidades judías enteras desaparecieron durante la Segunda Guerra Mundial y los últimos supervivientes emigraron a Israel tras la caída del Muro de Berlín. Los cementerios asociados a estas comunidades han sido totalmente abandonados por las autoridades civiles. Esto fue lo que ocurrió, por ejemplo, en Bucarest, en 2008, donde el cementerio judío más antiguo de la capital rumana fue transformado en un vertedero. “La realidad de estos países de Europa del Este es que hay en ellos más judíos muertos que judíos vivos que puedan ocuparse de las sepulturas. Esperemos que éste no sea el futuro de Francia”, explica al periódico galo Simone Rodan-Benzaquen, directora del American Jewish Committee (AJC) de Paris, una organización consagrada a la protección de la comunidad judía en el mundo entera.
En estos países de Europa central y del este, el antisemitismo todavía está muy presente y se engarza con el pasado colaboracionista de naciones como Hungría o Croacia, aliados de la Alemania nazi. En junio de 2013, el cementerio judío de Subotica, territorio serbio con una población mayoritariamente húngara, fue profanado en dos ocasiones. Más recientemente, en mayo de 2014, el cementerio judío de Szikszó, en el noreste de Hungría, fue totalmente saqueado.
En Polonia, la situación es más compleja. La historia de la población judía, diezmada por el Holocausto, fue ocultada por la generación de la posguerra. Ahora, una nueva generación de ciudadanos, nacida durante las décadas ochenta y noventa del pasado siglo, está proporcionando una nueva mirada al periodo de la Shoah. En este sentido, se han puesto en marcha numerosas iniciativas locales tendentes a la recuperación del patrimonio judío, especialmente los cementerios.
Este movimiento recibe el apoyo de organizaciones judías norteamericanas mientras que, paralelamente, las autoridades polacas tratan de prevenir las profanaciones mejorando la vigilancia de los cementerios.  A pesar de ello, en marzo de 2012, el cementerio judío de Wysokie, en el este del país, fue profanado por varios individuos que dejaron sobre las tumbas su mensaje antisemita: “Esto es Polonia, no Israel”.

Fuente:  http://latribunadelpaisvasco.com/not/2523/profanacion-de-cementerios-judios-un-fenomeno-europeo/

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