viernes, 6 de julio de 2012

Violencia en Juárez ocasiona saturación de cementerios

En los últimos cuatros años reportan más de 10 mil decesos por la narcoguerra y 7 mil fallecimientos por otros motivos; gestionan ampliar tres panteones municipales.
 

De tres panteones municipales que hay en esta frontera, sólo uno tiene espacio para nuevas inhumaciones. En los últimos cuatro años, los más de 10 mil muertos que ha dejado la guerra entre cárteles, más otros 7 mil que perdieron la vida por otros motivos, saturaron los cementerios.

"El panteón San Rafael es la única opción en Juárez, pues en el Colinas y el Chabeña sólo se recibe para segunda sepultura, es decir, para familiares que ya cuentan con alguna persona en el lugar", informa Jorge Gutiérrez Casas, director de Servicios Públicos Municipales de Ciudad Juárez, Chihuahua.

El incremento en el número de asesinatos provocó que el espacio que las autoridades tenían previsto para casi 10 años se redujera a un periodo de cinco años o menos. Por ahora hay espacio para 11 mil sepulturas más.

Jorge Gutiérrez explica que "ante esta situación atípica, de que se multiplicara el número de muertos por la escalada de violencia y se saturaran los panteones municipales, se realizan los trámites para agrandarlos".

Los panteones tienen más de 80 años en operación.

"Originalmente se hicieron muy pequeños porque la población aquí era muy poca en toda la urbe, ahora estamos buscando la manera de solucionar este problema.

"Ya no contamos con terrenos grandes para hacer un nuevo panteón, por eso analizamos la posibilidad de extender los que ya tenemos porque a este ritmo las dobles inhumaciones terminarán por saturar los espacios reservados", comenta Gutiérrez Casas.

Manifiesta que "afortunadamente los tiempos violentos parece que ya terminaron, de diez asesinados diarios que se registraban antes, ahora son menos de dos al día".

El funcionario municipal explica que el panteón San Rafael cuenta con 13 jardines para adultos, con un censo de 85 mil 509 fosas y ocho jardines para niños, con un censo de 11 mil 730 espacios libres.

Además, agrega, de un jardín destinado para fosas comunes, con un censo de mil 785 inhumaciones, contando en total con 100 mil 24 realizzadas en todo el cementerio.

Cuenta con espacio para un promedio de ocho inhumaciones diarias, entre niños y adultos.

Los saturados

Durante la última inspección de los Servicios Públicos Municipales en los 18 jardines del panteón Chabeña se verificó el censo de 75 mil 839 inhumaciones en una superficie de 12 hectáreas, estimando que se cuenta con un promedio de un segundo entierro cada 15 días.

Mientras que el panteón Colinas cuenta con 23 jardines, con un censo de 135 mil 357 fosas, en una superficie de 20 hectáreas, estimando un promedio de tres segundas inhumaciones cada 15 días.


Cavar más tumbas le permitió ampliar su casa

"Ni me acuerdo cuántas entierros me tocaron hacer. Los años 2010 y 2011 fueron pesados, pero bien remunerados, hasta me alcanzó para una tele de plasma y construir otra recámara", dice el panteonero Manuel Pérez.

Animado en su relato, el hombre, de 30 años, dice que el trabajo llegó a ser tan excesivo que el método tradicional -de utilizar palas para escarbar el hoyo de tres metros de profundidad y dos de ancho- se remplazó por maquinaria pesada; "a mano no se podían hacer hasta 20 tumbas diarias".

Casado y padre de cinco hijos, refiere que el esfuerzo fue bien pagado. "Con las horas extras logré juntar para renovar mi comedor, la sala, comprar una televisión de plasma y alcancé a construir una recámara.

"La verdad es que no me acuerdo cuántas tumbas hicimos ni a cuántos enterramos. El año pasado y más el antepasado fue de mucho trabajo, hacíamos 20 o 30 fosas diarias, hasta don Pedro que tiene toda la vida de panteonero dijo que nunca antes había visto algo así.

"Imagínese cómo estuvo el trabajo que hasta aprendimos a manejar esta ‘mano de chango', con palas apenas alcanzamos a hacer cinco tumbas diarias, pero cuando nos pedía 10, 20 o más en un día no se puede, porque es muy pesado y terminábamos ‘molidos', entonces fue cuando se rentó la máquina y así pudimos cumplir con las demandas de muertos", explica Manuel mientras con la maquinaria pesada cava el hoyo y después con la pala detalla la fosa que debe estar lista para el miércoles, pues el cuerpo que será enterrado ya está en el Servicio Médico Forense.

Contrataron más personal

Antes de 2008, el promedio de fosas que hacía Manuel era de 10 a la semana.

Repentinamente y al momento de detonarse los asesinatos masivas el trabajo incrementó exponencialmente, por lo que la administración municipal se vio en la necesidad de contratar a más personal, los cuales al no tener opciones aceptaron la encomienda por muy incómodo que fuera.

Ahora el trabajo disminuyó, los homicidios bajaron y la actividad en los panteones saturados está regresando a la normalidad y aunque el que existieran tantos muertos fueron tiempos de bonanza, para Manuel y el resto de los obreros están conformes, pues dicen no es nada agradable estar enterrando gente diario.

"Es un trabajo difícil y pesado porque cada que hago una fosa me pongo a pensar para quien será, por qué lo mataron, si era delincuente, narco, sicario o simplemente por accidente. Aparte aquí ves de todo, desde grandes funerales con la banda hasta los más sencillos.

"Por eso más vale hacer las cosas bien, trabajar en lo que sea, pero dentro de la ley; me di cuenta que todos al final se quedan sin nada, el ser delincuente la gente cerca de ti sufre y los dejas endeudados", puntualiza el Manuel, quien en los últimos cuatro años hizo más de 5 mil fosas. 
 
Fuente:  http://www.vanguardia.com.mx/cementeriosenjuarezsobresaturadosdebidoamuertesviolentas-1296727.html

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