sábado, 27 de julio de 2013

Nachito y su tumba llena de juguetes

Jorge Moreno/SIPSE


MÉRIDA, Yuc.- Mario Mondragón mandó un correo electrónico, con relación al reportaje que publicamos la semana pasada sobre el panteón de Belén de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, y nos cuenta una historia muy interesante al respecto, que a continuación presento:
"Qué tal, les mando este correo para comentarles que yo soy de Mérida y actualmente radico aquí mismo, pero viví unos años en Jalisco, ya que estudié la carrera en la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG) y pude visitar el panteón de Belén y descubrir sus maravillosas historias paranormales y leyendas, más allá de que la arquitectura de sus mausoleos.
"La historia paranormal que más me impactó es la del niño 'Nachito', el cual está enterrado ahí desde hace más de un siglo y aún así, hasta la fecha, es uno de los sitios más visitados y le dejan muchas ofrendas, tales como juguetes y dulces; la historia, que ha sido publicada en libros y presentada en programas a nivel nacional e internacional es la siguiente:
"La familia Torres Altamirano estaba esperando un hijo, la madre dio a luz el 24 de mayo de 1881, pero el médico se impactó al momento del alumbramiento, pues en su vida profesional nunca había visto algún caso así, resulta que el niño tenía una aversión tanto a la oscuridad como los lugares cerrados.
"El niño siempre tenía que dormir con la luz encendida y las ventanas abiertas de su cuarto, y no tenían que colocar objeto alguno que hiciera bulto. Sus padres intentaron encontrar alguna respuesta a tal enfermedad, pero todo fue en vano en aquellas épocas.
"El padre de Nachito ordenó colocar lámparas de aceite alrededor de su cuna, las cuales debían estar encendidas toda la noche. Un descuido hizo que los sirvientes olvidaran agregarle aceite a las lámparas, haciendo que éstas se apagaran durante la madrugada. El niño despertó y al darse cuenta que estaba en plena oscuridad, murió a causa del terror que sintió.
"Esto ocurrió poco después de que cumpliera un año de vida; después de velarlo fue sepultado en el panteón de Belén, fue un entierro sencillo, ya que antes eran otras las costumbres, en las inhumaciones de los angelitos no asistía mucha gente (así fue en el caso de Nachito).

Ataúd desenterreado

"Al siguiente día, el velador del cementerio, completamente horrorizado, fue con las autoridades correspondientes a informarles que durante la noche habían desenterrado el ataúd del niño, porque lo había encontrado sobre la loza de su tumba.
"El ataúd fue vuelto a colocar en su lugar, pero, durante diez días consecutivos sucedió lo mismo, y todas aquellas mañanas la gente se reunió para ver tal espectáculo, cosa que la familia Altamirano no veía con buenos ojos.
"Un día, el velador fue a platicar con los padres de Nachito en busca de una solución al problema. Entonces, los progenitores contaron del mal que sufrió su hijo en vida, por lo que decidieron dejar el féretro sobre la tumba.
"Varias personas que han visitado el panteón de Belén comentan que han sentido la presencia del niño. El simple hecho de ver la foto, y la tumba en persona hacen sentir algo extraño.
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