Por Álvaro García y citas de Nieves Concostrina
"Nos
dicen que recordemos a los ideales, no al hombre, porque con un hombre se puede
acabar. Pueden detenerle, pueden matarle, pueden olvidarle, pero cuatrocientos
años más tarde los ideales aún pueden seguir cambiando el mundo".
Esta
cita célebre de V de Vendetta puede valer para tratar de explicar lo que llevó
a José María Bejarano a poner en el epitafio de su tumba la frase “Montoro
cabrón. Ahora ven y cobras”. ¿Qué puede llevar a una persona a decidir que una
frase así le acompañe el resto de la eternidad?
En
el caso de Bejarano es el enfado. Este artista y promotor musical afincado en
Zamora era simpatizante del Partido Popular. Pero el aumento del IVA cultural
no solo provocó que se sintiera abandonado por su partido, sino que también
atravesara por problemas económicos.
Koque
Martínez fue enterrado en Londres y en su epitafio aparece una bandera de la
Segunda República
El
revuelo que ha montado este ‘indignado’ epitafio ha sido considerable. Para
Mercedes J. de Castro, alcaldesa de San Pedro de Latarce (pueblo vallisoletano
en el que se encuentran los restos de Bejarano) la colocación de esta placa ha
supuesto una pequeña revolución, al tratarse de un pueblo de unos 500
habitantes.
Este
caso ha sido especialmente mediático, pero no es el único en el que una persona
más allá de su último suspiro ha querido perpetuar sus ideales en la eternidad.
Especialmente habitual ha sido entre los muchos republicanos que emigraron de
España. Este es el caso de Koque Martínez, que en 2009 fue enterrado en el
cementerio Highgate de Londres. En su sepulcro junto a la bandera tricolor
aparece la siguiente cita: pintor, poeta, escultor, humanista, idealista,
optimista, republicano español. Al igual que Don Quijote, trató de mejorar el
mundo.
Incluso,
rostros conocidos de la política española también han querido que su mensaje se
prolongue a lo largo del tiempo. El más conocido es el de Nicolás Salmerón. En
la lápida del presidente de la Primera República aparece la inscripción “dejó
el poder por no firmar una sentencia de muerte”, haciendo alusión a las razones
por las que abandonó la presidencia cuando se negó a que fueran ejecutados unos
militares cantonalistas.
Nieves
Concostrina, periodista y escritora de libros como Polvo eres y …En polvo te
convertirás lleva años coordinando una sección de epitafios en el programa
radiofónico No es un día cualquiera de Pepa Fernández. Concostrina ha declarado
a El Confidencial que la existencia de este tipo de epitafios reivindicativos
no es muy habitual, aunque sí que existen. Lo que no es tan normal, ni un
ejemplo a seguir, es que aparezcan insultos en ellos. De hecho, existen
mecanismos para impedir que se escriban este tipo de mensajes.
La
gran mayoría de cementerios tienen normativas para que no se escriban en los
epitafios frases xenófobas, atentatorias contra la Constitución o, simplemente,
vejatorias. En algunos se incluye un filtro previo para ver si puede colocarse
la placa. Incluso hay casos de ‘censura’. Un suceso así ocurrió en el
cementerio de la Almudena cuando se instó a retirar uno que una hija había
dedicado a su madre. En él aparecía la siguiente frase: “todo era una mierda,
menos tú”.
Frente
a esos pequeños abusos de poder, también existe otro problema. En España hay
18.000 cementerios y muchos son de pueblos pequeños. Algunos de ellos no tienen
reglamento o este se hizo hace más de cien años, por lo que sus normas se han
quedado obsoletas.
Al
tratarse de un caso especialmente llamativo, la polémica se ha desatado de
inmediato. Sobre todo en redes sociales, donde muchos usuarios han querido
encumbrar a Bejarano como héroe. Mientras, desde el PP de Castilla y León se ha
querido lanzar el mensaje de que se está tratando injustamente a Montoro. Sea
como sea, la alcaldesa de San Pedro de Latarce ha indicado a El Confidencial
que en ningún momento ha habido polémica con el Partido Popular, pues considera
que no es algo político, sino más bien anecdótico.
¿Por qué se hacen estos epitafios?
Pese
a que pueda parecer una moda, querer transmitir un mensaje a través de la
lápida no es nada nuevo. Ya los romanos tenían esta costumbre. Incluso, para
conseguir mayor notoriedad y visibilidad las colocaban en los laterales de los
caminos, para que los transeúntes se fijaran durante su caminata.
El
humor es una forma de llamar la atención y transmitir un mensaje al final de la
vida
Respecto
a las razones, Concostrina lo tiene muy claro. El motivo que lleva a muchas
personas a hacer un epitafio llamativo es que esto será lo último que van a
decir, su mensaje final y este ha de ser contundente. La periodista y escritora
cree que es una lástima que todos los cementerios estén llenos de mensajes como
“tu esposa e hijos no te olvidan”.
Tras
toda una vida puede dejarse un mensaje más profundo u original. Realzar el
humor en el final de la vida es algo que considera positivo porque “es una
forma de llamar la atención y de que la gente eche una mirada a la persona
fallecida”.
Epitafios polémicos y extraños
El
más misterioso de España parece sacado de una novela negra ambientada en
Almendralejo (Extremadura). En él se describe un asesinato, pero las dos
últimas líneas están borradas y no se puede ver el nombre del asesino.
Concostrina dice que pese a sus esfuerzos aún no ha conseguido descifrar el
misterio, ya que este data de finales del siglo XIX.
Pero
el más llamativo, sin ningún tipo de dudas, es el de una familia abulense. En
él aparece la siguiente nota: “A hombros o en un carrito lleno de flores
llegamos, con cínicas alabanzas nos despiden, pero ya no nos importa porque no
escuchamos. Más os decimos con esperanza que al final de este viaje os
esperamos”. La cita en sí irradia bastante negatividad, pero esta aumenta
cuando se ve que el sepulcro está encabezado por una mano haciendo una peineta
(el dedo medio de la mano extendido).
Es
muy habitual que las parejas prolonguen su matrimonio más allá de que la
‘muerte los separe’. Muchos son los casos en los que los enamorados comparten
féretro, pero hasta en el fenecer puede distinguirse el régimen económico
matrimonial. Unos elegirán separación de bienes, mientras que otros preferirán
gananciales. Una decisión loable sea cual sea.
No
obstante, algunos son previsores, no vaya a ser que también en el más allá
exista la propiedad privada. Aunque quizá sea un tanto excesivo señalar de
quién es la propiedad del ataúd.
Otros,
en cambio, no tienen problema alguno en compartir el mismo espacio, aunque hay
que tener cuidado porque este suele ser reducido.
Más
allá de la broma que puede generar la frase "¡Rubia! Jarte pa lla que me
jinca er codo" (Rubia hazte para allá que me hincas el codo), detrás hay
una auténtica historia de amor duradero y verdadero. Concostrina consiguió esta
foto gracias a los hijos de Pepe y Estela que se la enviaron. Estos explicaron
que su padre era muy bromista y cuando estaban rodeados de amigos solía decir
esa frase a su esposa.
Ella,
Estela falleció antes y desde entonces Pepe la echó mucho de menos, pero siguió
manteniendo su particular sentido del humor. Cuando este también falleció, sus
hijos creyeron que lo primero que diría a su esposa dentro del nicho es que le
dejara más hueco. Por estos motivos decidieron que esa frase sería la que
encabezara el nicho que compartían ambos.
Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2014-09-05/montoro-cabron-ahora-ven-y-cobras-y-otros-epitafios-con-mala-leche-para-reir_185712/
No hay comentarios:
Publicar un comentario