domingo, 22 de febrero de 2015

El cementerio italiano que guarda los secretos del cólera





Por Cristina G. Lucio

Durante más de 1.000 años, las inmediaciones de la ahora abandonada abadía de Badia Pozzeveri, en el corazón de la Toscana italiana, fueron utilizadas como cementerio local. El campo santo acogió a cientos de generaciones, que sufrieron epidemias, plagas y las consecuencias de una vida llena de carencias. Pero ahora, la necrópolis se ha convertido en un preciado tesoro para un equipo internacional de investigadores que, a través de los restos, quiere dibujar una panorámica de la salud en Europa y encontrar respuestas para enfermedades que actualmente siguen matando a miles de personas.
"Es como una ventana abierta a lo que pasó en Italia y Europa desde el punto de vista sanitario entre el siglo IX y el XIX", explica a EL MUNDO Clark Larsen, profesor de Antropología en la Universidad de Ohio (EEUU) y uno de los coordinadores de la excavación.
Muchos de los restos, aclara, "están muy bien conservados", lo que les ha permitido hacer análisis sobre la tuberculosis, las infecciones bucales y óseas, la osteoartritis o la que es su mayor apuesta: el estudio del cólera.
A mediados del siglo XIX, la epidemia de cólera que azotó Europa causó sus propios estragos en la Toscana. Quienes vivían cerca de Badia Pozzeveri decidieron enterrar apresuradamente los cuerpos de las víctimas y cubrirlos con cal en un intento por frenar el brote. Pero con esa acción también consiguieron garantizar unas magníficas condiciones de conservación de los esqueletos. "Hasta donde sabemos, son los restos mejor preservados de víctimas de cólera de este período", señala Larsen, que recientemente presentó los detalles de su investigación en la reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.
En los cuatro años que excavando la zona, y tras recuperar unos 30 esqueletos, han encontrado trazas genéticas de distintos microorganismos asociados a enfermedades, un hallazgo que les lleva a ser "optimistas y confiar en que también se pueda hallar ADN de Vibrio Cholerae, el patógeno que provoca la enfermedad del cólera", augura Larsen.
Encontrar esta marca genética, continúa, sería muy útil para estudiar cómo ha evolucionado la bacteria y, en última instancia, encontrar nuevas armas terapéuticas. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen entre tres y cinco millones de casos de cólera, de los cuales entre 100.000 y 120.000 fallecen.
Pero esta enfermedad infecto-contagiosa no es la única que interesa a los investigadores. También quieren estudiar a fondo una zona del cementerio en la que están enterradas víctimas de la Peste Negra que diezmó la población europea entre 1346 y 1353 o intentar reconstruir las condiciones de vida de los habitantes de esa región a lo largo de los siglos. "Hemos podido comprobar que las personas que vivían en esa comunidad llevaban vidas muy duras, con una salud relativamente pobre", señala Larsen.
Otro de los puntos que más interés despierta en el equipo de investigadores, compuesto también por científicos de la Universidad de Pisa (Italia), es saber si el cementerio de la abadía, situada en la llamada Via Francigena -que llevaba a los peregrinos desde Canterbury a Roma-, puede dar pistas de cómo las epidemias se diseminaron por Europa a lo largo de los siglos.

Fuente:  http://www.elmundo.es/salud/2015/02/20/54e62d9b22601db7608b4576.html

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