domingo, 1 de marzo de 2015

Aparece el cadáver de Ricardo III, el malvado monarca inmortalizado por Shakespeare





 Por Carlos Fresneda


"Traición, traición, traición"... Las últimas palabras de Ricardo III han resonado hoy con más fuerza que nunca tras confirmarse que el esqueleto hallado en septiembre pasado, en un aparcamiento de Leicester, es efectivamente el del último monarca de la casa York, fallecido en 1485 durante la batalla de Bosworth ante el ejército de Enrique Tudor (que le sucedió en el trono de Inglaterra como Enrique VII).
Los investigadores de la Universidad de Leicester han confirmado que las lesiones de la batalla y la escoliosis de la columna vertebral concuerdan con las características físicas de Ricardo III. Los arqueólogos han comparado también el ADN de los huesos con los de un descendiente de su hermana Ana de York, y el resultado ha sido positivo. La noticia ha sido celebrada con un repicar incesante de campanas en Leicester, una de las ciudades más antiguas de Inglaterra, con más de 20 siglos de historia en sus ruinas medievales, romanas y celtas.
"¡Esos huesos se quedarán en Leicester o se los llevarán en todo caso por encima de mi cadáver!", ha declarado el alcalde local, Peter Soulsby, que ha destinado más de un millón de euros a la compra de unos terrenos aledaños para erigir un museo en honor a la vida y milagros de Ricardo III.


El hallazgo de la cabeza

El cráneo fue lo primero en aparecer durante las excavaciones realizadas el pasado verano en un aparcamiento junto a la iglesia de Grey Friars. Los arqueólogos lograron recuperarlo prácticamente intacto, con la mayoría de los dientes y sin apenas desperfectos, salvo las lesiones en la base de la parte trasera que han sido además fundamentales para poder confirmar que pertenecieron al último rey medieval de Inglaterra.
"El cráneo estaba en unas condiciones excepcionalmente buenas", ha reconocido el bioarqueólogo Jo Appleby, al frente del equipo que ha estado analizando los restos mortales durante cuatro meses. Pese a la fragilidad de los restos, hemos logrado obtener mucha un información muy detallada".
La aparición del resto del esqueleto, con una cabeza de flecha alojada en la columna y la desviación causante de la chepa, sirvió para reforzar la tesis de que se trataba efectivamente del esqueleto del monarca, desenterrado poral cabo de más de 500 años.
Según el recuento histórico de Polidoro Virgilio, cronista oficial de Enrique VII, el cadáver de Ricardo III fue exhibido públicamente a 22 kilómetros de Leicester tras su muerte en la batalla de Bosworth y antes de ser enterrado en la abadía franciscana de Greyfriars.
Ricardo III murió "luchando como un hombre ante la presión de sus enemigos" y llegó inclusó a matar al portaestandarte de Enrique VII, antes de caer abatido y de culpar en el último momento de su derrota al cambio de bando del barón Stanley que desequilibró finalmente la batalla: "Traición, traición, traición"...

¿Infidelidad en la corona?

¿Y si toda la historia de la corona británica, desde Ricardo III en adelante, estuviera viciada por un adulterio? Nadie habría imaginado que, cinco siglos después de su muerte, la aparición del rey inmortalizado por Shakespeare como un temible villano pondría en jaque a sus sucesores. Este increíble capítulo de la historia comenzó en febrero de 2012 cuando fueron hallados los presuntos restos de Ricardo III bajo un estacionamiento de Leicester. Luego de meses de estudios, en los que se cotejó el ADN de los restos con el de un descendiente directo, los científicos han confirmado la presunción. Se trata de Ricardo III, quien falleciera a los 32 años en la batalla de Bosworth, donde fue vencido por Enrique Tudor.
Y no sólo eso: los estudios han detectado una ruptura en la historia genética que implicaría una infidelidad y, por consiguiente, la ilegitimidad de todos los eslabones reales de los últimos siglos. La ruptura del cromosoma Y, solo explicable por una “falsa paternidad” pone en duda la sucesión “sanguínea”, aunque no se sabe en qué eslabón de la cadena se cometió. Por las dudas, los investigadores de la Universidad de Leicester  aclararon: "no estamos afirmando de ninguna manera que Su Majestad Isabel II no debería estar en el trono". Pero la duda histórica ha sido sembrada. Según la investigación, la ruptura afecta a la legitimidad de Enrique IV,  Enrique V, Enrique VI y de "toda la dinastía Tudor", empezando por Enrique VII y siguiendo por Enrique VIII, Eduardo VI, María I e Isabel I. Así, al tiempo que se confirma uno de los hallazgos históricos más relevantes en mucho tiempo, se abre un nuevo interrogante que deparará el desvelo de los científicos y de la familia Real británica.

Fuentes:  http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/04/cultura/1359975198.html
http://co.tuhistory.com/noticias/el-cadaver-de-ricardo-iii-el-rey-villano-y-una-infidelidad-que-sacude-la-realeza-britanica

No hay comentarios: