Por David Ruiz Marull
"Memento homo,
quia pulvis es, et in pulverem reverteris" ("recuerda, hombre, que
eres polvo, y que al polvo regresarás") reza la manida locución latina. Y
precisamente en Italia, la cuna de la civilización romana, han desarrollado un
proyecto que viene a poner de manifiesto esta certeza de la vida. Los
diseñadores Anna Citelli y Raoul Bretzel han creado Capsula Mundi o, lo que es
lo mismo, vainas orgánicas para enterramientos que convierte el cuerpo humano
en nutriente para un árbol.
El proyecto contempla
poner el fallecido en posición fetal dentro de una cápsula de plástico
biodegradable que se entierra en un bosque. Justo encima se planta un árbol
–para la región mediterránea se proponen como opciones el eucalipto, el
castaño, el roble y el olivo- o un arbusto –a escoger entre el laurel, el
madroño, la ginesta o el mirto- previamente elegido. "Es el primer
proyecto italiano creado para promover la realización de los cementerios
verdes, para que dejen de estar llenos de lápidas y se conviertan en bosques
sagrados" a los que puedan acudir los familiares y amigos de los
fallecidos, explican los ideólogos en su página web. "El árbol representa
la unión entre la tierra y el cielo. Para hacer un ataúd que se utiliza durante
tres días se ha cortado un árbol que ha necesitado de 10 a 40 años para
crecer", añaden.
Las vainas de Capsula
Mundi se crean a partir del almidón recogido en plantas como el maíz y las
patatas. Anna Cittelli y Raoul Bretzel, dedicados profesionalmente al mundo de
la publicidad y del diseño industrial, decidieron emprender este trabajo como
respuesta a los problemas de una sociedad "alejada de la naturaleza y
sobrecargada de ojetos materiales", explican.
"La muerte es un
paso misterioso, delicado e inevitable. Los muertos no pueden ser sólo un
problema técnico, no puede ser tratados como un tabú. Independientemente de la
religión y la cultura a la que pertenecemos, la muerte es un fenómeno
biológico, es lo mismo para todos", recuerdan.
Su proyecto aún se
encuentra en fase de desarrollo porque la legislación italiana prohíbe este
tipo de entierros porque determina que los cementerios tienen que ser
protegidos en una zona controlada y cerrada. La Asociación Capsula Mundi
trabaja para modificar una ley que considera anticuada. "La idea es crear
parques conmemorativos llenos de árboles en lugar de lápidas. En vez de
destruir madera, al final de nuestras vidas proporcionaríamos sustento a nuevos
árboles. Entendemos que la idea de que nuestros seres queridos y descendientes
puedan visitar nuestro árbol, cuidar de él y descansar a su sombra es poética y
reconfortante", añaden Cittelli y Bretzel.
Hace algunos años, el
Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE) desarrolló en Catalunya un
proyecto similar. En aquel caso, la urna funeraria fabricada con cáscara de
coco, turba compactada y celulosa que contenía en su interior cenizas –de
animales- y la semilla de un árbol. Precisamente, este fue el método que se
utilizó en 2004 para enterrar a Copito de Nieve en el Zoo de Barcelona. El
gorila albino sirvió como nutriente para un castaño
Fuente:
http://www.lavanguardia.com/vida/20150302/54427792124/capsulas-humanas-cementerios.html#ixzz3TEm0TRY1
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