Por Deustche Welle
Desde el momento de
su presentación, en el 2008, el proyecto del cementerio para los aficionados
del Hamburgo se ocupó de todos los detalles posibles para satisfacer a su
“clientela”. En el camposanto los colores blanco y azul del club dominan el
paisaje, y el área escogida para ser el último albergue de los seguidores del
tradicional equipo del puerto está al lado del estadio. Basta cruzar una calle
para cambiar la paz eterna por la emoción del fútbol.
Al ser inaugurado, el
cementerio ofreció un espacio para 300 tumbas que podía ser ampliado a 500.
Hoy, tras siete años de funcionamiento, apenas se han ocupado siete de ellas.
El promedio de un sepelio por año se ha intentado explicar de muchas formas:
quizás las expectativas fueron más grandes que la realidad; probablemente los
hinchas del Hamburgo tienen una expectativa de vida más larga que la de muchos
otros; o simplemente el amor de los aficionados por el equipo no es tan grande
como para llevárselo a la eternidad.
Bonito y desocupado
Lo que sí está claro
es que definitivamente el desinterés del público por ser enterrado en el
cementerio del Hamburgo no puede obedecer a razones estéticas. En el 2010,
cuando después de casi tres años de haber sido inaugurado allí solo reposaba el
cuerpo de un aficionado, el camposanto recibió en Alemania el premio como el
más bello en la categoría “recintos temáticos”, que anualmente entrega Taspo,
la revista del gremio de los jardineros.
Pese a la distinción,
que reconoció la especial decoración del cementerio con su portón en forma de
arco -conservando las medidas oficiales-, y el diseño de dimensiones similares
a una cancha, con tribunas a su alrededor, pasaron casi tres años más antes de
que la solitaria tumba ocupada hasta el 2013 recibiera compañía en su paz
eterna.
El cementerio de los
aficionados en Hamburgo era hasta hace un par de años un recinto bonito, pero
desocupado. Comparativamente esto ha cambiado recientemente pues desde el 2013
se registra un “boom” en la demanda de sepulcros. Tanto el año pasado, como el
anterior, los entierros de aficionados del Hamburgo ha aumentado
considerablemente. En ese periodo se han registrado seis de los siete sepelios
que han tenido lugar hasta ahora.
Los costos del “más allá”
A primera vista
resulta paradójico que haya solo siete tumbas en el cementerio de uno de los
clubes de mayor arraigo y tradición en Alemania, el mismo que semana a semana
lleva a más de 57.000 aficionados al estadio. Especialmente curioso es también
que esa gran afluencia del público a los partidos del único equipo que siempre
ha jugado en la primera división de la Bundesliga fue determinante para que los
impulsores del camposanto hicieran realidad una idea que en Alemania no tenía
antecedente.
El cementerio de los aficionados del Schalke
cuenta con más "clientela" que el del Hamburgo.
La ausencia de los
difuntos podría tener una estrecha relación con los costos de partir al “más
allá” portando el emblema del Hamburgo. Estar enterrado bajo el escudo del club
de la Bundesliga no es barato: las tumbas, en arriendo por un periodo de 25 años,
cuestan por urna casi 7.000 euros en su versión sencilla y 12.000 si es doble.
Si el sepelio es con ataúd, el espacio es aproximadamente 500 euros más
costoso.
¿Qué hacen los otros clubes?
Distintos clubes del
fútbol alemán observaron con atención el “experimento” del Hamburgo. En
Dortmund, luego de tomar nota de que en el puerto los funerales escasearon
durante los dos primeros años, se desechó la idea de crear un camposanto en
amarillo y negro para los hinchas. Por ahora solo el Schalke se ha atrevido a
seguir los pasos del Hamburgo.
El cementerio del
equipo de Gelsenkirchen se presentó en el 2012. Según los encargados de su
administración las operaciones iniciaron con 60 reservaciones y el modelo es un
éxito, en parte porque las tumbas son mucho menos costosas, y para su pago hay
modelos de financiación a largo plazo. Incluso hay sepulturas que serán donadas
por la Fundación Social del Schalke a aquellos hinchas de escasos recursos
económicos.
Pensando más en el
ejemplo del Schalke que en el del Hamburgo, tanto el Fráncfort como el Berlín
han sometido recientemente a discusión dos proyectos de cementerios para sus
aficionados que todavía no cuentan con apoyo masivo. Entretanto el St. Pauli,
archirrival local del Hamburgo, ha optado por marchar en la dirección opuesta y
en vez de embarcarse en la construcción de un lugar de reposo eterno para sus
hinchas ha preferido poner a su servicio una guardería en inmediaciones del Millerntor,
su histórico estadio .
Mientras el
cementerio de los hinchas del Hamburgo permanece casi vacío por falta de
difuntos, la guardería “Nido de Piratas” del St. Pauli está repleta de vida
gracias con los 130 niños que atiende a diario.
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