Por: Daniel Salazar
El
Cementerio Central de Bogotá es uno de los más antiguos y con mayor historia
del país, sus instalaciones datan de 1836 y en ellas reposan expresidentes,
figuras políticas, empresarios y gente del común.
El
lugar es imponente incluso desde la entrada. En la puerta principal se asoma la
escultura de Cronos, el dios del tiempo griego que vigila desde lo alto todo lo
que pasa en este lugar en el que corre un viento frío que penetra los huesos de
los vivos.
La
luz de sol no se asoma en ese rincón de la ciudad, tan solo los destellos que
se alcanzan a colar por entre los muros y la tumbas.
Los
bogotanos interesados en la historia de este lugar se reúnen para hacer
recorridos guiados en el día y en la noche. Ellos no son los únicos visitantes
del sitio pues, según el relato popular, por allí se aparece una que otra bruja
vagando por entre los corredores, hablando en otras lenguas y maldiciendo.
Innumerables
historias se tejen alrededor del cementerio de la calle 26, un lugar en el que
prima el misterio, el romanticismo y lo milagroso.
CÍVICO
hizo un listado de las tumbas más visitadas del Cementerio Central, aquellas
que despiertan todo el interés de la ciudadanía, bien sea por los supuestos
favores concedidos por los difuntos o por la importancia histórica del
personaje.
La
tumba de José Asunción Silva, uno de los poetas más importantes de Colombia en
el siglo XIX, se encuentra en el Cementerio Central junto a la de su hermana
Elvira, de quien dicen aún era su enamorada.
Este
poeta bogotano se suicidó sin aparente explicación en 1896, cuando apenas tenía
31 años. Su obra marcó una ruptura con el estilo de la época y por eso se le considera
un precursor del modernismo.
Silva
murió sin publicar un solo libro, pues parte de su trabajo se perdió en un
naufragio en cercanías a Barranquilla. Su forma de pensar y escribir fue muy
criticada en su época, incluso fue motivo de mofa.
Su
sepulcro es visitado a diario por los incomprendidos, aquellas personas que no
encuentran su lugar en la sociedad. El lugar en el que reposan sus restos
además es punto de encuentro de los enamorados y de aquellos que se enfrentan a
una relación amorosa imposible. (Lea
también: ‘Un duende ronda la cocina y la fiesta de este restaurante-bar de La
Candelaria’).
Julio
Garavito Armero fue un reconocido astrónomo, matemático e ingeniero bogotano
que realizó innumerables estudios en el campo de la ciencia en el siglo XIX en
Colombia.
A
pesar de su indudable importancia, su nombre e imagen es recordada porque
aparece impresa en el billete de 20.000 pesos. Garavito fue sepultado en el
histórico cementerio luego de su fallecimiento en 1920, y desde entonces su
tumba es visitada por los supersticiosos.
Las
personas visitan este lugar para pedirle al espíritu de Garavito que les ayude
económicamente, ya que asocian su figura con abundancia. Por eso es común ver
en su sepulcro decenas de flores de color azul, el mismo tono del billete, que
decoran el sitio.
Incluso
hay personas que frotan el billete de 20.000 pesos contra la piedra en la que
descansa Gavarito para que que no falte el dinero en las casas. (Lea también:
‘La enigmática casona del Salto de Tequendama deja atrás sus fantasmas’).
Leo
Siegfried Kopp Koppel fue un reconocido empresario nacido en la ciudad alemana
de Offenbach en 1858, famoso por haber sido el fundador de Bavaria, la compañía
cervecera más importante de Colombia.
Los
que lo conocieron en vida dijeron en su momento que fue una gran persona y un
muy buen jefe. Los actos los respaldan, este hombre construyó el barrio ‘La
Perseverancia’ , con servicios de agua potable y energía eléctrica, para sus
empleados.
Muchos
años han pasado después de su muerte, pero aún hay quienes visitan el
Cementerio Central para hablarle al oído a la escultura dorada que adorna su
tumba, con el propósito de que les ayude a cumplir sus deseos. Aunque la
especialidad de este santo popular es dar trabajo.
Las
personas creen que la estatua es la representación de Leo Koop, pero en
realidad es una copia de la famosa escultura ‘El pensador de Rodin’.
Los
creyentes le piden todo tipo de deseos, incluso las trabajadoras sexuales lo
visitan para recibir protección del más allá. Hay quienes dicen que hay que
decirle un secreto a la vez porque o sino no los escucha, ya que en vida
supuestamente tenía problemas de audición.
Algunos
argumentan que es necesario hablarle al oído izquierdo porque es en el que
mejor recibe el mensaje. Lo cierto es las personas siguen confiándole sus
secretos al buen Leo Koop, que desde otro mundo le sigue colaborando a los
bogotanos humildes.
Uno
de los mausoleos más interesantes y bellos del cementerio es el de las hermanas
Bodmer, el cual tiene dos estatuas que representan a las dos niñas fallecidas
en1903.
Es
muy poco lo que se sabe acerca de la historia de estas pequeñas, lo único que
se presume es que murieron a causa de una extraña enfermedad conocida como
‘sangre azul’ .
Su
mausoleo tiene una inscripción que dice “fueron la delicias del hogar”, este
uno de los pocos indicios que se tienen sobre su origen.
De
acuerdo al relato popular, una madre desesperada porque su hijo tenía la misma
enfermedad de las hermanas Bodmer fue a pedirle a la niñas en el Cementerio
Central que salvaran a su hijo.
Milagrosamente
el joven se curó y desde entonces miles de bogotanos veneran el sitio de reposo
de estas niñas que supuestamente curan las enfermedades más dolorosas y
complicadas.
Los
invitamos a que nos digan si han recorrido el Cementerio Central de Bogotá y
cómo fue la experiencia. De seguro se nos olvidaron muchos secretos más de este
sitio.
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