Por
BBC
La
escena, capturada en YouTube, hizo que se levantara más de una ceja: un grupo
de gente en lycras haciendo lagartijas entre las tumbas de un cementerio en el
suroeste de Londres.
Un
vecino del Putney Old Burial Ground le dijo a un periódico local que la
decisión de un gimnasio de celebrar parte de una sesión ahí era una verdadera
"falta de respeto".
Y
muchos estuvieron de acuerdo, aunque hace más de 160 años que nadie ha sido
enterrado ahí y el cementerio funciona como parque público desde 1886.
De
hecho, entre las viejas tumbas hay ocho bancas que, según el consejo municipal,
lo ha convertido "en un lugar ideal para dar un paseo y para que los
trabajadores locales puedan almorzar".
Y
según el director ejecutivo de la cadena de gimnasios en el centro de las
críticas, muchos otros grupos –niños que juegan, producciones de teatro y
entrenadores personales– aprovechan el espacio verde sin generar polémica.
"Si
alguien siente que le faltamos al respeto a los muertos, nos gustaría
disculparnos", dijo Gavin Sunshine a nombre de la cadena DaleyFitness.
"Asumimos
–equivocadamente– que todo tipo de actividades de ocio tenían lugar en el
parque, así que sin pensarlo mucho decidimos terminar una de nuestras sesiones,
a la que sólo le faltaban 10 minutos, bajo el sol", explicó.
¿Público
o privado?
Y
ahí está, precisamente, el dilema. Puede que en América Latina la distinción
por lo general sea más clara, pero en Gran Bretaña muchos cementerios están a
medio camino entre lugar público y espacio privado.
Son
lugares para llorar y recordar a los muertos. Pero a menudo también sirven de
alternativa a los parques o son empleados como atajos por la gente del lugar.
Según
un vocero de la Asociación Nacional de Directores de Funerales de Reino Unido,
ellos preferirían no ver actividades de ese tipo en cementerios activos, pues
las familias dolientes merecen privacidad y silencio para llorar a sus muertos.
Pero
la asociación "alienta los esfuerzos por hacer que la gente se sienta más
a gusto con la idea de la muerte, y eso puede incluir alentar al público a
explorar y disfrutar los cementerios históricos, en especial aquellos que no
han recibido entierros por muchas décadas".
Mientras
que el sacerdote Giles Fraser coincide en que el tiempo transcurrido desde el
último entierro es un factor importante al momento de decidir qué puede hacerse
en terrenos consagrados y qué no.
"Si
es altamente probable que ya no haya dolientes vivos entonces uno tiene licencia
para tratarlos más como parques que como cementerios", le dijo Fraser a la
BBC. "Tierra sagrada"
"Tierra
consagrada es tierra sagrada", dijo el rabino Rudi Leavor, responsable de
uno de los dos cementerios judíos de la ciudad de Bradford. "No es un
lugar para para andar deambulando ni cruzar de un lugar a otro. Mucho menos
para hacer ejercicio", agregó.
Y
aunque la Iglesia Anglicana le da a cada diócesis licencia para decidir qué
actividades son permitidas en sus cementerios, el principio general es similar.
"Los
cementerios son consagrados por el obispo para el entierro de los muertos según
los ritos de la Iglesia de Inglaterra y es ilegal que se los empleé para
cualquier uso inconsistente con ese propósito", explicó un portavoz.
"Pero
los cementerios rara vez son espacios cerrados y la gente los atraviesa
regularmente o se detiene en ellos para reflexionar", dijo. "Lo que
importa es ser respetuosos", concluyó.
Lo
que sugiere que trotar silenciosamente por un cementerio abandonado podría ser
menos problemático que tratarlo como un gimnasio.
Pero,
en cualquier caso, siempre es buena idea pararse a pensar.
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