viernes, 24 de febrero de 2012

En España se entierra a la sardina



Muchas fiestas españolas terminan con ceremonias, algunas desaparecidas, otras recuperadas, similares a los entierros de la sardina en las que se quema o maltrata una figura simbólica que representa los vicios y el desenfreno que afloraron durante la fiesta. Algunos ejemplos de este tipo de ceremonias son la Fiesta del Judas o la quema del haragán. El paso por la hoguera permite restaurar el orden subvertido por la fiesta y en ella el fuego es símbolo de regeneración y liberación. Con el entierro y con otras ceremonias similares, se invita al pueblo a una reflexión colectiva y se le llama al orden.
Hay una terrible confusión respecto a la celebración del Entierro de la Sardina en el llamado Miércoles de Ceniza. Desde tiempos ancestrales, el entierro de la sardina, como manifestación pública del lamento por el fin de la época del asueto, la holgazanería y la abundacia se venía celabrando en toda la geografía española en la víspera del Miércoles de Ceniza, lo que coincide con la celebración francesa del Mardi Gras (martes de carnaval).
El periódico leonés Leonoticias comentó sobre el acontecimiento de este año: "Doña Sardina ardió este miércoles para decir adiós a cinco días de jolgorio, fiesta y diversión. A las ocho de la tarde, arrancaba de la plaza de la Catedral el cortejo fúnebre de la sardina encabezado por los zafarrones, los personajes enmascarados típicos del antruejo de Riello, que daban paso a sus cencerros al trasgresor desfile cuyo personaje central ironiza sobre la Cuaresma a través del pescado, el tradicional símbolo del ayuno.
Un entierro donde el humor fue el hilo conductor gracias a las viudas desconsoladas que entre pañuelo y pañuelo lloraban la muerte de Don Carnal o de un más que simpático obispo interpretado por el concejal de Parques y Jardines, Julio Cayón, que bendijo a todos los leoneses que dieron paso al cómico desfile.
Un entierro que corrió las principales zonas del casco histórico de la capital para culminar en la Plaza Don Gutiérrez donde ardió la sardina a la par que los leoneses disfrutaron de una rica sardinaza.
León recupera así este entierro que para muchos representa el triunfo de Don Carnal sobre la Cuaresma y que según cuenta tiene su origen allá en el siglo XVIII cuando una carreta de sardinas destinadas a ser alimento de los ciudadanos durante la vigilia de Cuaresma, sardinas que sin embargo llegaron podridas y fueron enterradas.
Una fiesta con la que Don Carnal dice adiós hasta el año que viene para dar paso a la Cuaresma. Ahora quien lo haya disfrutado este miércoes puede decir alto y claro eso de 'que me quiten lo bailao'."

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