La Biblioteca Central de Benidorm (Alicante) acoge desde hoy una
exposición del reglamento del cementerio Virgen del Sufragio, que data
del 1 abril de 1887 y que muestra "la evolución que ha tenido la
sanidad" desde finales del siglo XIX, según la concejal de Patrimonio
Histórico, Eva Mayor.
Esta muestra forma parte del
ciclo los 'Documentos del Archivo' con el que la concejalía quiere dar a
conocer y poner en valor los fondos del Archivo Municipal.
El ciclo se inició el pasado enero con la exposición de una carta firmada por el rey Fernando de Aragón (El Católico) en 1482.
Según
han detallado Mayor y el director del Archivo, Antonio Couto, este
reglamento se elaboró en 1887, momento en el que el cementerio sufrió
una ampliación y pasó a ser de propiedad municipal.
La
muestra está compuesta de tres paneles, en el primero de los cuales se
muestra "la evolución que ha tenido la sanidad" en el último siglo y
medio a través de la transcripción del propio reglamento de
administración, conservación y cuidado del cementerio.
Según
el responsable del Archivo, el reglamento recoge "las nuevas tendencias
sanitarias" más propias del siglo XX como son la creación de "depósitos
de cadáveres".
Los otros dos paneles se centran
en los dos panteones más relevantes de este cementerio (los de las
familias Ortuño y Orts) y en una serie de diez sepulturas (algunas
incluso anteriores al reglamento) que han sido ahora identificadas por
personal municipal.
Según ha adelantado la edil de
Patrimonio Histórico, para garantizar la conservación del panteón de
los Ortuño (el de los Orts se encuentra en perfecto estado) no se
descarta llevar a cabo algunas actuaciones sin coste adicional para el
ayuntamiento, con el fin de evitar que se siga deteriorando.
Por
otra parte, Couto ha señalado que a través de esta exposición se
pretende también "mostrar la riqueza del cementerio antiguo" que
"conserva su estructura" del siglo XIX.
El
reglamento expuesto está dividido en cinco apartados en los que se
regulan las funciones del personal adscrito al cementerio (un capellán,
un sacristán y un sepulturero); la administración y distribución de las
zonas del camposanto; las tarifas de panteones y sepulturas; así como
las reglas higiénicas que había que seguir en cada enterramiento.
Sobre
este último aspecto, el reglamento marca que los adultos debían
enterrarse a una profundidad de 1,5 metros, mientras que las tumbas de
los niños debían contar con una profundidad de un metro.
Todos
los cadáveres debían cubrirse "con una capa de cal viva" u otro
material similar "para neutralizar los gases" propios de la
descomposición, excepto en el caso de que el difunto fuera embalsamado o
enterrado en una caja mortuoria de zinc o cerrada herméticamente.
Además,
se establece que todos los restos de féretros o mortajas tenían que ser
quemados tras su exhumación en el lugar más apartado dentro del recinto
y que no podían celebrarse ningún enterramiento hasta no transcurrir 24
horas desde el fallecimiento.
El reglamento
también recoge que las sepulturas de tercera y cuarta clase debían tener
un número por fosa, el mismo que debían grabarse en una chapa de plomo o
zinc que se colgaba a los cadáveres de la misma "para evitar dudas".
Por
cierto, que aquellos que adquirieron suelo para "panteones" o
"sepulturas especiales o de familia" antes de la apertura del ensanche
del cementerio recibieron una "bonificación" del 25 por ciento sobre las
tarifas recogidas en el reglamento.
Fuente: http://www.elcorreo.com/agencias/20120618/mas-actualidad/mundo/exponen-reglamento-cementerios-1887-muestra_201206181821.html
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