jueves, 8 de noviembre de 2012

Nieves Concostrina y sus epitafios



Por Francisco L. Jiménez
 http://www.lne.es/aviles/2012/11/08/epitafios-ironicos-leen-levante-cataluna/1323462.html

La periodista Nieves Concostrina (Madrid, 1961) tiene una legión de seguidores desde que se especializó en la investigación y la difusión de asuntos funerarios. Su serie de libros «Polvo eres» -el primero subtitulado «Peripecias y extravagancias de algunos cadáveres inquietos y el segundo «Muertes ilustradas de la humanidad»- es lectura de gran consumo y tiene amplia difusión en las redes sociales por el desenfado con el que aborda un tema tan delicado como la muerte, lo mismo que hace en el libro recopilatorio de epitafios «...Y en polvo te convertirás». Una perla de este compendio de sentencias postreras da idea de por dónde van los tiros del trabajo que ha hecho popular a Concostrina: «Aquí yaces y haces bien, tú descansas, yo también», un rapto de desahogo y sinceridad que reza en una lápida del cementerio general de Valencia.

Aparte de leer sus libros, se la puede escuchar en Radio 1, en el programa «No es un día cualquiera» de Pepa Fernández. El próximo lunes estará en Avilés (19.30 horas, Casa de Cultura) para disertar sobre «la increíble literatura de las lápidas». Para asistir al acto es preciso disponer de alguna de las invitaciones gratuitas que ya se están repartiendo en la taquilla.

-¿Qué le llevó a especializarse en un asunto tan original como el periodismo fúnebre, si me permite la expresión?

-Pues fue sin querer... Me vi en el paro tras cerrar «Diario 16», donde trabajaba, me ofrecieron un empleo en la revista «Adiós», dedicada a asuntos funerarios, y acepté. De haber sido una revista de bombillas, pues hubiera hecho periodismo de bombillas.

-No obstante, usted fue más allá del mero trámite de cubrir el expediente. Ha investigado, le ha dado un punto hasta simpático al asunto de la muerte...

-Vi que había un área interesante de trabajo y además poco trillada; el resto vino rodado. No hice más que aplicar las reglas del oficio a un tema que, a mi juicio, los periodistas teníamos descuidado. La muerte y todo lo que la rodea ya es de por sí un campo en el que sus protagonistas hablan poco, pero es que nosotros (los periodistas) preguntábamos menos.

-¿Por qué interesa tanto la muerte al gran público?

-Quizás porque no deja de formar parte de la vida, pues empezamos a morir desde que nacemos. La muerte tiene connotaciones culturales importantísimas desde los mismos tiempos de Atapuerca: la muerte es rito, es historia, es etnografía... Esos son los aspectos en los que al menos yo me quiero centrar; desde luego huyo de los yuyus, de los fantasmas y del morbo fácil.

-En sus libros sobre epitafios recoge muchos que, por extravagantes o cómicos, bien pueden haberle granjeado problemas con los familiares de los finados; ¿nunca ha tenido que pasar por los tribunales por esa causa?

-Los epitafios precisamente están ahí para ser leídos, son públicos. Y no, nunca tuve problema judicial alguno por hacerme eco de ellos.

-¿Le constan casos de censura literaria en los cementerios?

-Sí, claro; en algunos casos es la propia familia la que veta un epitafio y en otras, la autoridad de turno que gestiona el camposanto. Recuerdo un caso en La Almudena (Madrid); una hija quiso poner en la tumba de su padre «Todo es una mierda menos tú» y no le dejaron. Esto me parece fatal; si no se respeta siquiera el mensaje que quiere trasladar un muerto...

-¿Hay alguna región española que destaque sobre las demás por la originalidad de sus epitafios?

-Todo el Levante es muy irónico y en Cataluña destacan por su retranca.

-Avilés acaba de poner en marcha en un proyecto para sacar rendimiento turístico al cementerio municipal, ¿le ve futuro a la idea?

-Sin duda, y quien cuestione semejante iniciativa es que ha viajado poco. El turismo funerario es una exitosa realidad en Europa desde hace muchos años y en España, pese a que nos subimos tarde a ese tren, ya hay una veintena de camposantos inscritos en la Red Europea de Cementerios Significativos. Afortunadamente, mostrar el deseo de ir a ver un cementerio ya ha dejado de ser visto como una rareza.

-Y Nieves Concostrina, ¿ya tiene redactado su epitafio?

-Pues mire, no; más que nada porque no pienso en mi muerte. No soy creyente y es un tema que no me preocupa.

El cementerio sin muertos

 Por José Vicente Pascual
fuente: http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=4148

El pasado lunes, paseando por Santiago con Xosé Antonio López Silva y su mujer, Ana, descubrimos que no hay en el mundo un lugar más desolado, fantasmal, que un cementerio sin difuntos.
Xosé Antonio es un gallego que transpira la vieja sabiduría de esta civilización al puro noroeste, entre brumas como como canciones antiguas y cielos del color de las narraciones fantásticas; y al mismo tiempo es un hombre de nuestra época, involucrado en la cultura como voluntad universal de razón y belleza, dos cosas que son en el fondo la misma cosa. Citarnos con él y con Ana se convirtió en una pequeña, apasionante aventura, tanto por la ilusión de la ida como por las peripecias del regreso, perdidos Sonia y yo en caminos inverosímiles, en la noche de brujas y en medio de bosques donde lo natural es que nos hubiera salido al paso el bandido Fendetestas con su secular grito de guerra: "¡Alto ahí, me caso en Soria!". Finalmente, el navegador dio con la ruta adecuada. Le costó pero lo consiguió. Aquí la vida no es fácil.
En Santiago, paseando y charlando de las últimas publicaciones de Xosé Antonio ("De santos y milagros", inédito de Cunqueiro, y la traducción de "El libro de cocina" de Alice B. Toklas, y de alguna cosa mía que también acaba de aparecer en forma de libro... En fin, entre un tema y otro acabamos en el parque de Santo Domingos de Bonaval. Ana, que conoce la zona perfectamente porque hasta hace nada ha trabajado allí de bibliotecaria, nos enseñó los entornos y el famoso cementerio de restos trasladados. No había percibido la potestad dramática de un paisaje desde hace años, cuando visité en compañía de Antonio Enrique el poblado fantasma de lo que fueron instalaciones mineras en Alquife (Granada). La maquinaria,viviendas y almacenes abandonados tienen su misterio, pero los nichos y las tumbas dejados de la mano de Dios tienen un quién sabe de vacío sideral, como de lamento sin forma y llanto sin propósito, como plañir por la vida porque se echa de menos la muerte, que da sentido a todo.
Un cementerio vacío es el lugar más inútil del mundo. Y el más sobrecogedor. La representación de la muerte en puro concepto, representada pero no encarnada, como elemental recordatorio de nuestro sic transit, resulta de una lógica un poco cruel. Un cementerio sin difuntos es tan absurdo como la vida sin la perspectiva de la muerte, la que cohesiona y otorga razón a nuestro paso por este mundo. El cementerio que no es un cementerio de Santo Domingos de Bonaval es tan rotundo, en este aspecto, como el aserto clásico: Ex nihilo, nihil.
Por cierto, me contaba Xosé Antonio que el auténtico problema que se planteó con el traslado del cementerio no fue el escatológico/metafísico (eso son garambainas de escritores). Lo que fastidió a muchos es que sus familiares y allegados difuntos fueran a mezclarse democráticamente con a saber quién. Al parecer, hubo un curioso trasiego de huesos y cenizas en Santiago, en espera de que la administración resolviese el contencioso.
De todo lo cual deduzco que un cementerio vacío es un paisaje infinito y también una ocasión estupenda para la infinita capacidad humana de olvidar el presente y aferrarse al privilegio del pasado. El nombre y los apellidos pesan más que la eternidad, decían los legatarios de los huesos y restos embalados para la mudanza. ¿Será verdad?
Como diría Xosé Antonio, a la gallega: Será..

Favio descansará en la Chacarita


Coronas, mensajes de aliento y fragmentos de algunas de sus canciones más conocidas, como ‘Fuiste mía un verano’ o ‘Ella ya me olvidó’, poblaron el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso, donde amigos y admiradores rindieron tributo a Favio.
La mandataria argentina, Cristina Fernández de Kirchner, asistió sobre la medianoche del lunes pasado al velorio del director de la laureada ‘Crónica de un niño solo’, Leonardo Favio, en el Parlamento, desde donde su cuerpo fue llevado en caravana, ayer, para ser sepultado en el panteón de actores del cementerio porteño de la Chacarita.
El gobierno argentino decretó tres días de duelo nacional por el fallecimiento del cantante, cineasta y actor, por lo que la Bandera permanecerá a media asta en los edificios públicos.
El decreto lleva la firma de la jefa de Estado, quien declaró “Que el señor Leonardo Favio, figura destacable por su generosidad y honestidad intelectual, se distinguió por su lealtad a un ideal, siendo un verdadero ejemplo de fortaleza y de valor”, indicó la medida.
Además, se recordó que “por su importante trayectoria e insoslayable figura, el Poder Ejecutivo Nacional, a través del decreto Nº 1609 de fecha 5 de noviembre de 2010, lo declaró ‘Embajador de la Cultura’ con rango y jerarquía de Subsecretario”.
Entre sus películas más destacadas están ‘El romance del Aniceto y la Francisca’ (1967) y ‘Nazareno Cruz y el Lobo’ (1975), aunque en el resto de América Latina Favio era conocido sobre todo por sus románticas canciones. “Me muero de dolor, y eso que estoy acostumbrada a la muerte. Creo que no quiero hacer más cine”, escribió la actriz Graciela Borges, amiga íntima del cineasta y protagonista de ‘El dependiente’, dirigida por Favio.
La red social Twitter fue una de las más usadas el día de ayer por amigos, famosos y familiares del artista argentino, quienes se pronunciaron dejando varios mensajes de profundo agradecimiento por su música y aportar a la cultura de la comunidad gaucha.
El mismo Leonardo Favio, anticipándose al día de su muerte, declaró hace unos años que “cuando me muera, en América Latina, la gente va a decir: Se murió el que cantaba ‘Simplemente una rosa’.
Favio, de 74 años, falleció este lunes en un sanatorio porteño, tras padecer una larga enfermedad.

Fuente: http://www.telegrafo.com.ec/index.php?option=com_zoo&task=item&item_id=60418&Itemid=19

jueves, 1 de noviembre de 2012

Una tienda de segunda mano vende un ataúd por 200euros

 Una empresa de venta de objetos de segunda mano ha puesto a la venta este miércoles con motivo de la fiesta de Halloween un ataúd por 199,95 euros que adquirieron a un joven madrileño que lo tenía en su casa como objeto de decoración.
La jefa de producto de la cadena de tiendas de segunda mano Cash Converters, Isabel Moscardó, ha contado que la caja fúnebre les llegó gracias a un joven que se quería deshacer de ella. La tenía "a modo de decoración" en su hogar. Dada la fecha, la empresa pensó que sería buena opción ponerlo en su escaparate de cara al público, para sorpresa de los viandantes.
Moscardó ha remarcado que todos sus productos pasan un estricto "control policial" que determina la procedencia de los objetos y ha subrayado que después pasan un "proceso de acondicionamiento" antes de ser expuestos a la venta.
Ya hay una persona interesada en el ataúd. La idea era regalárselo a un amigo suyo para que hiciera una estantería pues ya había hecho antes con otra caja fúnebre una mesa.
(Esta imagen es figurativa)

Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/10/31/madrid/1351697897.html