domingo, 26 de abril de 2020

Ecuador: una radiografía del fracaso



Fotografía: BR Viagens Tur:

Por Abel Ramírez
Red
El sistema necesita producir, necesita un grupo humano capaz de volver a  poner en marcha la economía nacional y mundial. El país y el mundo, desde la llegada del coronavirus, han sufrido una pérdida importante de recursos económicos que se visibilizan -entre otras cosas- en la caída repentina del precio del petróleo, la paralización de varias industrias y la poca capacidad de comercialización de emporios importantes a nivel global. Con esta realidad, es necesario que los gobiernos empiecen a tomar decisiones respecto de cuándo y cómo volver a una normalidad a la que al menos en Ecuador no estamos preparados.

El 24 de abril de 2020, la Ministra de Gobierno en Ecuador anunció que a partir del 4 de mayo el país entra en una nueva fase. Se prevé dejar atrás el aislamiento para pasar al distanciamiento, pero ¿estamos preparados para una medida como la anunciada? Revisemos algunos datos: i) todo el país llegó a la fase de contagio comunitario; ii) el número de infectados crece precipitadamente; el país tiene cerca de 30mil; iii) los fallecidos, solo en la ciudad de Guayaquil, bordean los 10mil; iv) el sistema de salud colapsó y un gran número de médicos/as son parte de los/as contagiados; v) el sistema funerario nacional no da abasto, colapsó; fuimos testigos/as del aparecimiento de una serie de “estrategias” antojadizas, apresuradas y poco proyectadas en varios rincones del país; vi) la situación económica para un gran número de personas se agrava a diario; vii) la movilidad humana y la migración se tornaron insostenibles.  

Pero la economía necesita volver a moverse, necesita dinamizarse ¿A qué precio? Indudablemente, el costo es humanitario. Una parte del sector público, así como del sector privado abrirán paulatinamente sus puertas. Sin embargo, valdría preguntarnos cómo se va a controlar la cantidad de contagios que aparecerán, qué protocolos en torno al distanciamiento social existen, cuáles son las políticas de atención, entre otras que son importantes. Faltan menos de 10 días para iniciar la fase distanciamiento y el Gobierno no ha hecho públicos protocolos, estrategias o mecanismos para evitar que el sistema -en su totalidad- colapse una vez más.

Evidentemente, la preocupación no parece ser la salud, sino la economía. Por ello, una mejor alternativa es re-pensar la salida que el Gobierno ecuatoriano ha puesto sobre la mesa y analizar mejores escenarios en los que sean posible evitar la arremetida de fallecimientos que en un país como el nuestro no sería nada extraño. Estamos a merced del sistema, a merced del Gobierno y a merced de la fortuna para no ser parte de las estadísticas de contagiados y/o fallecidos.

Ecuador atraviesa una de las crisis más complejas y poco a poco nos hemos convertido el país que sirve de mal ejemplo: un territorio que evidenció las falencias en los sistemas de salud y funerario uno que mostró cuál es la situación real en términos de desigualdad social y económica, uno que dejó morir a su gente en las calles y veredas de varias localidades. Nos convertimos en la radiografía del fracaso, por tanto, no estamos en la capacidad de sostener una fase como la propuesta por el gabinete del señor Lenin Moreno.