lunes, 24 de agosto de 2015

40 años de gestión comunitaria del Cementerio de La Magdalena (Quito - Ecuador)


Por Leonardo Zaldumbide
Fotografías:  Red Ecuatoriana de Cultura Funeraria

Si caemos en el lugar común es fácil asociar los espacios funerarios con el dolor o el duelo, sin embargo, esas emociones no estuvieron presentes en el Cementerio de La Magdalena este domingo 23 de agosto de 2015. Los comuneros de la tradicional parroquia quiteña celebraron los 40 años de gestión autónoma de su Cementerio, caso sui generis en Quito, ciudad en la que los espacios funerarios, en su inmensa mayoría, son administrados por la Iglesia Católica o por capitales privados.
Fue en agosto de 1975 cuando un grupo de visionarias “magdalenas y  magdalenos” encabezaron el lento proceso de reconstrucción física de su centenario cementerio que, en ese entonces,  estaba administrado por la Curia.  Formas ancestrales de trabajo como la minga o el priostazgo han servido para que, durante estos cuarenta años, la comunidad de La Magdalena haya sacado adelante a un espacio que se hallaba en condiciones lastimosas.
El acto del día sábado condensó algunos elementos simbólicos muy importantes dentro de la ritualidad funeraria  quiteña. La famosa Banda Juvenil de La Magdalena alegraba con sus  canciones el camposanto, mientras decenas de comuneros llegaban al mismo. La comunidad hizo un ejercicio de memoria: reconoció la importancia de los mayores y su trabajo y les rindió un homenaje. Se mencionó a los muertos y se mostró a los sobrevivientes del proceso reconstructivo. Don Adolfo Chuquimarca, líder comunitario de amplísima visión, ha sabido poner en valor la historia de trabajo y esfuerzo detrás del Cementerio magdaleno. Como se trataba de una celebración, no faltó ni la chicha ni el convite del sabroso mote con chicharrón, platos típicos de los entierros comunitarios. Al mismo tiempo, se presentó una interesante recopilación fotográfica y audio visual de los archivos del Cementerio y se hizo un repaso de la historia del espacio a cargo de Red Ecuatoriana de Cultura Funeraria.
Hoy en día el Cementerio cuenta con una administración eficaz, sobre todo, porque ha sabido integrar a la comunidad en cada una de las acciones que lleva a cabo su Comité de gestión.  Todavía se puede ver, cada domingo, grupos de “mingueros” trabajando con  ahínco por el consideran un espacio propio.
Esta experiencia de memoria y futuro deja muchas lecciones y preguntas; dos de tantas que vienen a mi mente inquieren: ¿Puede el espacio funerario de una localidad convertirse en un generador de cohesión social y de memoria comunitaria? ¿Puede el cementerio constituirse en un caballo de batalla frente a los acelerados procesos de planificación urbana que suelen dejar de lado las prácticas y disputas de sus comunidades? Ejemplos hay, pero los procesos son tan diversos que cada comunidad debe encontrar su propio camino. La Magdalena, gracias al Comité de Gestión de su Cementerio, ha encontrado uno, que a mi entender, vale la pena recorrerlo.
Un saludo cordial a la administración actual del Cementerio de La Magdalena presidida por Adolfo Chuquimarca, quien ha abierto las puertas del cementerio a la Red Ecuatoriana de Cultura Funeraria. Un agradecimiento especial a los vecinos que han apoyado nuestras investigaciones y trabajo: Ana Flores, Rodrigo Sotomayor, Gustabo Tubón, Lilia Salguero, Ángel Tenelema, Manuel Pillajo, José Amaguaña, Norberto Aldáz y César Llano.
 Gustabo Tubón entrega reconocimientos a las "mingueras"

Homenaje a los parroquianos

Leo Zaldumbide en amena charla con don Manuel Pillajo, un personaje fuera de serie.


Exposición fotográfica del archivo del Cementerio

Convite del tradicional "mote con chicharrón y chicha"


Bailando al ritmo de la Banda Juvenil de La Magdalena

Red Ecuatoriana de Cultura Funeraria

Londres: disputa por el uso del espacio en un antiguo cementerio. ¿Pueden distintos usos cohabitar en los espacios funerarios urbanos?


Por BBC
La escena, capturada en YouTube, hizo que se levantara más de una ceja: un grupo de gente en lycras haciendo lagartijas entre las tumbas de un cementerio en el suroeste de Londres.
Un vecino del Putney Old Burial Ground le dijo a un periódico local que la decisión de un gimnasio de celebrar parte de una sesión ahí era una verdadera "falta de respeto".
Y muchos estuvieron de acuerdo, aunque hace más de 160 años que nadie ha sido enterrado ahí y el cementerio funciona como parque público desde 1886.
De hecho, entre las viejas tumbas hay ocho bancas que, según el consejo municipal, lo ha convertido "en un lugar ideal para dar un paseo y para que los trabajadores locales puedan almorzar".
Y según el director ejecutivo de la cadena de gimnasios en el centro de las críticas, muchos otros grupos –niños que juegan, producciones de teatro y entrenadores personales– aprovechan el espacio verde sin generar polémica.

"Si alguien siente que le faltamos al respeto a los muertos, nos gustaría disculparnos", dijo Gavin Sunshine a nombre de la cadena DaleyFitness.
"Asumimos –equivocadamente– que todo tipo de actividades de ocio tenían lugar en el parque, así que sin pensarlo mucho decidimos terminar una de nuestras sesiones, a la que sólo le faltaban 10 minutos, bajo el sol", explicó.

¿Público o privado?

Y ahí está, precisamente, el dilema. Puede que en América Latina la distinción por lo general sea más clara, pero en Gran Bretaña muchos cementerios están a medio camino entre lugar público y espacio privado.
Son lugares para llorar y recordar a los muertos. Pero a menudo también sirven de alternativa a los parques o son empleados como atajos por la gente del lugar.
Según un vocero de la Asociación Nacional de Directores de Funerales de Reino Unido, ellos preferirían no ver actividades de ese tipo en cementerios activos, pues las familias dolientes merecen privacidad y silencio para llorar a sus muertos.
Pero la asociación "alienta los esfuerzos por hacer que la gente se sienta más a gusto con la idea de la muerte, y eso puede incluir alentar al público a explorar y disfrutar los cementerios históricos, en especial aquellos que no han recibido entierros por muchas décadas".
Mientras que el sacerdote Giles Fraser coincide en que el tiempo transcurrido desde el último entierro es un factor importante al momento de decidir qué puede hacerse en terrenos consagrados y qué no.
"Si es altamente probable que ya no haya dolientes vivos entonces uno tiene licencia para tratarlos más como parques que como cementerios", le dijo Fraser a la BBC. "Tierra sagrada"

"Tierra consagrada es tierra sagrada", dijo el rabino Rudi Leavor, responsable de uno de los dos cementerios judíos de la ciudad de Bradford. "No es un lugar para para andar deambulando ni cruzar de un lugar a otro. Mucho menos para hacer ejercicio", agregó.
Y aunque la Iglesia Anglicana le da a cada diócesis licencia para decidir qué actividades son permitidas en sus cementerios, el principio general es similar.
"Los cementerios son consagrados por el obispo para el entierro de los muertos según los ritos de la Iglesia de Inglaterra y es ilegal que se los empleé para cualquier uso inconsistente con ese propósito", explicó un portavoz.
"Pero los cementerios rara vez son espacios cerrados y la gente los atraviesa regularmente o se detiene en ellos para reflexionar", dijo. "Lo que importa es ser respetuosos", concluyó.
Lo que sugiere que trotar silenciosamente por un cementerio abandonado podría ser menos problemático que tratarlo como un gimnasio.
Pero, en cualquier caso, siempre es buena idea pararse a pensar.


Arte Funerario: el Cementerio de La Reina en Cienfuegos – Cuba


Por Redacción Digital Perlavisión

Pocas personas están exentas de recibir una sensación de recelo al internarse en un cementerio, sin embargo, esa tal vez no sea la reacción más común al visitar la necrópolis de la barriada de Reina, en la sureña ciudad cubana de Cienfuegos, frente al Mar Caribe.

No se puede evitar sentir cierto abatimiento en el instante en que lo conducen al panteón de La Bella Durmiente, erigido a la joven María Josefa Álvarez Miró, fallecida el 16 de julio de 1907, a la edad de 24 años, en la flor de su vida.

La madre de la joven encargó a un artesano (se dice que está hecha por un escultor italiano), que en honor a su hija erigiera la figura de una doncella, no muerta sino envuelta en un eterno sueño.

La imagen precisamente representa una bella joven dulcemente dormida, recostada a una cruz, con un ramo de amapolas en su mano derecha, como símbolo de la vida, que descansa en su regazo, mientras con su mano derecha aplasta suavemente una serpiente, como alusión a la muerte.

Muy semejante a la Bella Durmiente cienfueguera se esculpió otra en un cementerio de Italia, firmada por Sacomanno, mientras que el autor de la doncella de la ínsula caribeña es anónimo. El fallecimiento de la muchacha esta ceñido en un misterio.

La imagen de la Bella Durmiente esculpida en mármol blanco no es la única que deja absorto al visitante. Todo aquel Conjunto arquitectónico fúnebre es digno de reconocer. Las lápidas de los nichos del Cementerio de Reina son verdaderos tesoros del arte estatuario en bajo relieve, testimonios históricos de los años precedentes. En fin cada una de las piezas de esa maravilla de la arquitectura tiene un gran valor histórico y artístico, especialmente las esculturas de mármol, las imponentes rejas de hierro de los exteriores del camposanto que demuestran el alto nivel creativo de los artesanos que las diseñaron hace más de 150 años.

La construcción de esa necrópolis, de marcada filiación neoclásica, se remonta al año 1836 durante el mando del Señor Coronel Don Narciso Arascot y terminado en el gobierno de Tolrá, el 21 de junio de 1839, por el Padre Antonio Loreto Sánchez y Romero, primer cura de almas de la también conocida Perla del Sur.

La obra la conforman entre muchas otras piezas, la capilla edificada por Nicolás Jacinto Acea en 1860 y reedificada en 1886 por su sobrino Nicolás Salvador Acea. Las labores continuaron en 1904. Presenta 4 columnas, techo de azotea con cornisa, el frontón de cornisa ligeramente...

En el año 1943 es colocada una tarja en el extremo izquierdo de la fachada del Cementerio a la memoria de los patriotas fusilados en Cienfuegos en las Guerras Libertadoras, especialmente en la del 1868.

En el sitio está sepultado también, Don Agustín de Santa Cruz, quien donó las primeras tierras donde se asentó la ciudad. La lápida muestra la fecha de 1841.

La belleza y ostentación de todo ese conjunto arquitectónico realizado en bajorrelieve solo tiene una razón: la competencia entre las personas adineradas para erigir un sitio sobresaliente en su última morada, mientras que los nichos estaban destinados a aquellas familias que no tenían recursos y que resultaban más baratos que la costosa construcción de un panteón. En la tierra eran cavadas las tumbas en las que se depositaban los difuntos cuyas familias no contaban con los recursos, para alquiler un nicho.

El cementerio en su totalidad es una muestra de los valores artísticos que le impregnaron los artesanos estatuarios de Cienfuegos, aunque no todos poseen los mismos atributos. Aquellos creadores, oriundos de la propia comarca, modelaron con gran belleza los materiales: pizarra, hierro fundido y mármol para lograr una obra funeraria de alta calidad. Es copia del camposanto Espada, construido alrededor de 1805 en La Habana y del que se conservan muy pocos vestigios.

El patio interior está flanqueado por paredes con tres hileras de nichos cada una y el modo de enterramiento responde a la época colonial cubana del siglo XIX. Los monumentos se distinguen por su acabado a tal magnitud que los especialistas plantean que están entre los más sobresalientes del mundo junto con los cementerios italianos de su tipo.

El Cementerio de Reina fue declarado Monumento Nacional el 30 de enero de 1990 por la Comisión Nacional de Monumentos. La forma de enterramiento en paredes de nichos es la única que se conserva en Cuba de la época colonial, tras suprimirse los enterramientos en los templos. Lamentablemente como consecuencia del paso del tiempo y la falta de mantenimiento los panteones y nichos de ese tesoro arquitectónico están afectados seriamente y en peligro de desaparecer.

Noticias: autoridades italianas no tienen lugar para inmigrantes en cementerios



Por Noticias televisa /EFE
Fotografía AP

Las autoridades de Catania, en la isla italiana de Sicilia, lamentaron que no tienen más sitio en sus cementerios para enterrar a los inmigrantes cuyos cuerpos son recuperados en aguas del Mediterráneo y por ello se acumulan desde abril en decenas de ataúdes.

El vicealcalde de la ciudad, Marco Consoli, explicó que hay 65 féretros que esperan todavía sepultura y algunos de ellos permanecen acumulados en espacios del cementerio desde el pasado mes de abril, en una entrevista publicada hoy en la página web del diario "La Repubblica".

El ayuntamiento de Catania quiere dar a los inmigrantes una sepultura digna y crear alguna lápida que recuerde a los fallecidos, pero en el cementerio la mayoría de puestos son propiedad de los habitantes de la ciudad, que normalmente han recibido en herencia y que pagan una cuota por ellas, según explicó un empleado del cementerio.

En concreto, 45 de los ataúdes son de personas que fallecieron el pasado 18 de abril en el que fue el mayor naufragio que se recuerda en aguas del Mediterráneo, cuando murieron centenares de inmigrantes intentando alcanzar las costas italianas.

En otro de los cementerios de la ciudad se acumulan, según explicó el vicealcalde, otros 20 féretros de inmigrantes que fallecieron el pasado 15 de agosto.

Son 20 de los 49 cuerpos encontrados sin vida en la bodega del barco en el que viajaban en su travesía hacia Italia, lugar reservado para quienes pagan menos a las mafias de tráfico de personas para llegar a Europa.

Los ataúdes se encuentran acumulados con tan sólo un número que les identifica en una de las zonas del cementerio en espera de un espacio o de que sean trasladados a otras localidades.

Catania celebró una jornada de luto por las víctimas y el vicealcalde expresó solidaridad por los dramas de la inmigración y lamentó no poder dar sepultura a más inmigrantes fallecidos.

"Los cementerios de Catania no tienen más espacio para los cadáveres", afirmó Consoli, aunque al mismo tiempo defendió que la suya es "la única ciudad de Italia que en dos años y medio ha acogido más de 100 cadáveres" en sus camposantos.

Además de los cementerios, los centros de acogida de inmigrantes italianos están colapsados tras las últimas llegadas, una presión migratoria que "no disminuirá si no se estabiliza la situación en Libia", según el ministro del Interior, Angelino Alfano.

Así, mientras las llegadas continúan, Alfano anunció el pasado 29 de julio la creación de 10.000 nuevos puestos en lugares de acogida, que se suman a las 86.000 plazas públicas distribuidas en 456 centros a lo largo de todo el país, aunque más concentrados en el sur.

AAE

viernes, 14 de agosto de 2015

San Bernardo, el pueblo donde los muertos se convierten en momias




Por Alberto Mario Suárez
Fotografías Rodrigo Sepúlveda El Tiempo

Los diez años que lleva de muerto no le han quitado al viejo Albertino Pabón el corte de cabello que tenía el día en que falleció, el 5 de diciembre del 2005, y que conservó toda la vida. Solía tener el pelo corto, casi a ras, y la muerte lo sorprendió así: peinado a medio lado, hacia la izquierda. Como siempre.

Tenía 70 años cuando ocurrió. Su piel morena se ha tornado oscura, rugosa, como si se hubiera convertido en cartón. Lo enterraron con un saco marrón de telas gruesas y con pequeños cuadros tejidos. En vida solo usaba ese color y el azul para vestirse. Ambos en tonos oscuros, aunque su favorito era el azul, porque así le rendía homenaje a su “glorioso partido conservador”, solía decir.

Es mediodía del jueves 18 de junio. El cuerpo de Albertino tiene las dos manos puestas sobre el pecho. Está en una urna de cristal en el cementerio de San Bernardo, un municipio de Cundinamarca donde buena parte de los muertos se convierten en momias por razones desconocidas. Pasa tan seguido que la Iglesia decidió construir un mausoleo para guardarlas en urnas de cristal, cuando las familias lo permiten.

Las paredes del mausoleo son de color azul y salmón, en tonos claros. Tiene dos pisos. En el primero están los cuerpos de cuatro sambernardinos. Al lado de la urna de Albertino permanece la señora Saturnina Torres de Bejarano, que tiene un letrero encima, colgado de una pared, donde dice que fue la esposa de Ismael Bejarano, que tuvo 12 hijos y toda su vida la consagró a los oficios del campo. “Al exhumar el cuerpo de doña Saturnina cayó una moneda de 500 pesos”, se cuenta de ella.

En el segundo piso hay otros dos cuerpos, y también los de cinco bebés que fallecieron antes de cumplir un año de vida. Tienen pequeños vestidos blancos bien puestos. Un puñado de universitarios que viajaron por cuatro horas desde Bogotá hasta el pueblo pagaron 3.000 pesos por entrar y andan por los pasillos asomándose a ver una momia tras otra. Les toman fotos. Se sacan selfis.

Dora Cilia Monroy, la mujer que cuida del lugar, está sentada en una silla de plástico. Mira a los estudiantes, espera preguntas, pero nadie se acerca. Entonces vuelve a los reporteros de este diario que la visitan y cuenta que todo empezó hace unos 50 años, cuando fue inaugurado el nuevo cementerio. El viejo estaba a orillas de un río en la parte baja del municipio, pero la corriente arrastró con algunos muertos cuando se crecían las aguas.

“Este cementerio está desde 1956. Por ahí en el 63, 64, cuando empezaron a sacar cuerpos para exhumaciones comenzaron a aparecer secos. Al principio no le tomaron mucha importancia. Pero los cuerpos siguieron saliendo y saliendo y saliendo y entonces ya como que la gente se concientizó de que aquí había algo diferente”, dice. El cementerio está en la parte más alta del pueblo. San Bernardo está recostado sobre los cerros del Sumapaz, en el sur de Cundinamarca, y el camposanto lo levantaron al costado de una montaña donde huele a pinos y flores. A la 1 p. m., el sepulturero Juan Carlos Velandia limpia las tumbas. Su trabajo consiste en enterrar y sacar y hasta volver a enterrar a los muertos que se han convertido en momias para ver si, dentro de un par de años, cuando vuelva a sacarlos, los encuentra en un estado más propicio para llevarlos a un nicho.

Tal labor ya no le causa ni miedo ni intriga tras cinco años de trabajo. Explica que cada 15 días algunas familias le piden que saque a un ser querido para llevarlo a un nicho. Al año puede sacar hasta unos 30 cadáveres muy conservados, y al menos 10 que se ven “exactos, exactos”, al día en que murieron.

“Ellos se sacan a los cinco años y están intactos y si los corta uno tienen sangre todavía, tienen carne y tienen todo. Los ojos, todo”, cuenta Juan. Aunque ver los cuerpos momificados se ha vuelto parte de su rutina, mes a mes, hay algo que no deja de sorprenderlo: si los cuerpos salen “exactos”, dice, una delgada capa de hielo les cubre todo el cuerpo. En el caso del viejo Albertino, su familia decidió sacarlo cinco años después de su muerte, en el 2010, pero no lo lograron porque “estaba congelado”, dice Dora Cilia. Parecía que tuviera un manto de hielo arropándolo dentro de su tumba. Y dos años después, cuando intentaron sacarlo nuevamente, lo encontraron humedecido. “Era como si hubiera estado flotando entre el agua y la bóveda donde estaba. Lo sacamos y lo dejamos en un cuarto sobre una tabla. Aquí hubo que dejarlo cinco meses para que secara bien”, añade la mujer.

Carmen Vijalba murió hace nueve años. Su nieta, Marina Rojas, atiende un puesto de ventas de jugos y de frutas en el centro de San Bernardo. Hasta ahora la familia ha hecho dos intentos de sacar a la abuela para dejar sus restos en un osario, que quieren llevar hasta el municipio de Icononzo, en el Tolima, donde está sepultado su esposo.

“La primera vez que lo intentaron y no pudieron fue hace dos años, pero yo no estaba, le tocó a un hermano. Pero hace 20 días yo sí fui a ver cómo estaba, con la esperanza de llevárnosla a Icononzo, pero estaba muy fresquita todavía”, dice Marina. “¿Será que uno va a quedar así también?”, se preguntó cuando la vio.

Ella, como la mayoría de los pobladores, cree que todo tiene que ver con la comida. Piensa que hay algo en los alimentos que se producen en esas tierras, y sobre todo en la guatila y el balú, una fruta y una legumbre de la región sembradas en todas las fincas, que los hace más saludables y más longevos y más fuertes, incluso después de la muerte.

En San Bernardo, de hecho, las autoridades locales se ufanan de que el municipio sea llamado “la despensa agrícola de Cundinamarca”. La economía depende principalmente del trabajo de los campesinos y el cultivo principal es el tomate de árbol: hay cerca de 1.400 hectáreas sembradas. También es común que los labriegos cultiven mora, lulo, habichuela, granadilla y curuba. El balú y la guatila no se producen para vender, pero es fácil encontrar matas de ambas plantas en la mayoría de las huertas de los labriegos, para el consumo personal, para que les ayude a morir de viejos.

La abuela de Marina Rojas vivía en una vereda llamada Nicononza y murió de un infarto a los 86 años. Consumía muchas verduras y frutas a diario. Marina enumera sus favoritas: balú, guatila, calabaza, ahuyama. “Ella se enfermaba y no era como de tirarse en cama”.

Y por eso, por la vida tan tranquila y tan saludable en el campo, es que Marina cree que su abuela sigue intacta en la bóveda en la que descansa desde hace nueve años en el cementerio.

Es algo en la tierra, insiste la mujer. Se queda pensando y cuenta que en su venta de jugos, cuando guarda moras sembradas en San Bernardo en la nevera pueden conservarse hasta 15 días por fuera del congelador. “Mientras que las de otra parte se empiezan a dañar a los dos o tres días”, sentencia.

En su despacho, el párroco Juan Carlos Clavijo también sigue sin entender por qué ocurre lo que ocurre con los muertos. Los procedimientos para sepultar a quienes se han ido son los mismos de todos los camposantos del país, cumpliendo las normas indicadas por una resolución del Ministerio de Salud. Los campesinos le han dicho que pasa hasta por los materiales con que se hacen las bóvedas. “Pero las bóvedas se hacen normales, con arena y cemento que se traen de la ferretería”, bromea.

El cura no ha gastado tanto tiempo en entenderlo como en explicarle a la gente el mensaje que para él hay detrás de todo. Y cada vez que puede les dice a los creyentes del pueblo que “Dios permite esto para que cuidemos nuestro cuerpo, para que nos demos cuenta de que el cuerpo termina y queda en eso. La parte material tiene un fin”.

La coordinadora de salud pública de la Alcaldía, Yeimi Liliana Rey, cree que el asunto tendría que ver, más bien, con el nuevo cementerio. “A orillas del río eso no ocurría”, asegura, pero también aclara que no hay estudios que lo demuestren. Y José Luis Socarrás, el director del programa de Arqueología de la Universidad Externado, explica que llama la atención del pueblo que el proceso ocurra de forma natural, pues la momificación, en los sitios donde se da, tiene que ver con procedimientos creados por ciertas culturas para preservar a sus muertos. Por eso cree que para acercarse a resolver el misterio habría que hacer un estudio profundo sobre los cuerpos, saber si tienen algo en común en cuanto a su parentesco, o los sitios donde vivían.

El experto ve difícil que se le atribuya el proceso a la alimentación que tuvieron algunas personas durante toda su vida, si también hay reportes de bebés momificados y los mismos alimentos que se consumen en San Bernardo son comunes en poblados vecinos.

Tampoco se le puede atribuir al ambiente, agrega, pues cuando una momificación ocurre por este factor tiene que ver con lugares donde existen condiciones climáticas o muy frías o muy secas. “Y este no es el caso, pues el municipio tiene un clima más bien templado. Esto lo hace aún más enigmático”.

Arley Yesid Pabón, nieto de Albertino y secretario de agricultura del municipio, vive cerca del cementerio en una casa pequeña ubicada sobre una calle polvorienta y empinada. De niño tenía problemas respiratorios y para que sus papás dejaran de viajar desde el campo al hospital cada vez que se complicaba, Albertino y su esposa decidieron traerlo a vivir al casco urbano.

Su abuelo trabajó toda la vida en la Policía y solía tener, como sus vestidos y corte de cabello, premeditado todo lo que hacía. “Aunque era una persona muy rígida, hasta para mostrar sus sentimientos, yo lo miro y recuerdo que él siempre que cobraba su sueldo compraba un mercado de carne para la semana, y dos pollos, los más grandes que encontrara en un mercado, y ese era el almuerzo del día siguiente para toda la familia”, recuerda.

Tras 50 años conociendo cuerpos que se convirtieron en momias mes a mes, en San Bernardo es difícil encontrar a quién le interese descifrar el “enigma” de por qué les pasa a los muertos lo que les pasa. Para Arley, finalmente, más vale tener el privilegio de tener los recuerdos de su abuelo que cualquier explicación de por qué se conserva. Y como al resto del pueblo, con la historia de los poderes de la tierra le basta.


Cementerios secretos: En Perú y en Colombia miles de familias van teniendo la oportunidad de identificar los restos de sus allegados desaparecidos

Por Diego García Sayán El País

Han pasado hasta 30 años o más desde que las personas desaparecieron. Tanto en Perú como en Colombia, en estos últimos años varios miles de familias van teniendo —tardíamente— la oportunidad de comprobar que sus allegados desaparecidos habían sido asesinados y la posibilidad de identificar sus restos.

La semana pasada, en Ayacucho, serranía peruana, para 60 familias la ceremonia oficial de entrega por el Ministerio Público era el dramático momento esperado durante casi tres décadas desde que sus seres queridos fueron desaparecidos por la violencia que asoló de manera particular su región en la década de los 80.

En los últimos diez años, el Ministerio Público peruano, con la perseverancia de los familiares de víctimas y sus organizaciones, ha excavado 4. 085 fosas en las tres regiones en las que la violencia tuvo más incidencia: Ayacucho, Apurímac y Huancavelica. Allí se han recuperado 2.040 restos humanos e identificado, con pruebas de ADN, 1. 211 víctimas. Quedan, sin embargo, muchas miles de fosas más en esas y otras regiones.

En lo que podrían algunos ver una suerte de competencia por recuperar el tiempo perdido de la indiferencia, un proceso semejante se vive en Colombia. La Fiscalía acaba de informar que entre 2007 y 2015 ha exhumado los restos de 5. 978 personas, de los cuales 2. 027 aún no han sido identificadas, 1.017 están en proceso de ser identificados y 2.934 "ya tienen nombre y apellido". La Fiscalía se ha asignado la misión de reconocer no menos de 20. 000 N.N. enterrados en más de 800 municipios.

Es innegable que ahora algo se mueve. Sin duda, con limitaciones de recursos y con procedimientos que podrían ser reajustados. El drama en estos dos países sudamericanos se visibiliza crudamente a través de datos espeluznantes como éstos. Violencia extensa e intensa —hoy felizmente en descenso o en proceso de salida negociada— que, entre otros efectos dantescos, produjo miles de personas desaparecidas por los diversos actores de la violencia y que yacen en fosas comunes. La mayoría, gente muy pobre de zonas rurales.

Pueden ser varias las explicaciones de porque han tenido que pasar tantos años para que se empiecen a encontrar a identificar a estas personas pero destacan, a mi juicio, dos fundamentales.

La primera es el miedo. En muchos casos, las familias y allegados de las personas desaparecidas podían haber sospechado o conocido el lugar de los enterramientos, pero la lápida de la desconfianza puede haber llevado a actuar con especial cautela para no caer también bajo las balas asesinas. El paso del tiempo y, en especial, el enfriamiento de la violencia, plantea una situación diferente.

La segunda razón es "político-institucional" por contextos de indiferencia o, incluso, adversos a un accionar de instituciones del Estado para buscar e identificar a las personas desaparecidas. Así, si dentro de la intensidad del conflicto colombiano de hace algunos años el entorno no parecía muy amigable para acciones de búsqueda por la Fiscalía en zonas convulsionadas, en el Perú el oscurantismo autoritario de Fujimori hizo imposible hasta el año 2000 cualquier acción medianamente independiente por el Ministerio Público.

Es innegable que ahora algo se mueve. Sin duda, con limitaciones de recursos y con procedimientos que podrían ser reajustados en aras de mayor eficacia e impacto. Pero avanzando a fin de cuentas, lo que da cuenta que el proceso de democratización de nuestras sociedades no es irrelevante.

La mayor parte, sin embargo, está por hacerse. Se requieren más recursos, acciones y resultados. Primero, por los derechos de las víctimas: identificar el cadáver del ser querido desaparecido, permite al menos darle sepultura y salir de la oscuridad de la incertidumbre. Pero tiene importancia para la sociedad en su conjunto: una perspectiva social e institucional de respeto a los derechos de la gente y de esclarecimiento de la verdad es esencial para la reconciliación y una paz duradera.


Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2015/08/13/actualidad/1439499959_259923.html

lunes, 10 de agosto de 2015

Un espacio para el recuerdo: concurso de ideas desde el Cementerio Patrimonial de Cuenca, Ecuador

Cirque du Soleil despliega una fiesta fúnebre en Corteo


Por Myrna Martínez

El cortejo fúnebre de un payaso se convierte en una fiesta para celebrar la vida y la muerte en Corteo, obra del Cirque du Soleil.
Se trata de una creación del prestigiado clown suizo Daniele Finzi Pasca, quien recientemente presentó aquí La Verità, en el Teatro de la Ciudad. Finzi Pasca muestra la esencia del clown en sus montajes: son divertidos, pero a la vez emotivos, sensibles y humanos. Ésta no es la excepción.

Estrenado en 2005, Corteo (cortejo en italiano) propone un balance entre la historia, que se se desenvuelve en 19 actos, y el discurso narrativo: la escenografía, la música y el diseño de escenografía están inspirados en teatros europeos del siglo XIX. La obra habla sobre un payaso que imagina su propio funeral e invita a sus amigos para que lo acompañen a despedirlo. El cortejo se convierte en una fiesta.

“Es el único espectáculo itinerante del Cirque en el que los artistas se representan a sí mismos, no están interpretando a un personaje fantástico o producto de la imaginación. Es una historia muy humana”, explica Renato Herrera, el promotor de la puesta.

El formato escénico, la narrativa y el lenguaje son distintos a cualquier otro espectáculo itinerante de la compañía quebequense que haya visitado la ciudad. Se mueven muchas emociones a través de la actuación y de los actos acrobáticos, que el público podrá sentir con mayor intensidad gracias al escenario, que tiene una disposición “original”, dice el director de eventos especiales de Ocesa. “Atraviesa la carpa de manera transversal de un lado a otro y la divide en dos mitades, generando dos teatros gemelos que se miran uno al otro. Da una sensación de cercanía”.

“Está muy balanceado, tiene números muy divertidos y originales, mucha acrobacia de piso y aérea. Hay números con el trapecio que son muy intensos y un equilibrista que me parece espectacular”, añade el promotor.



Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/after-office/cirque-du-soleil-despliega-una-fiesta-funebre.html

Algunos ritos funerarios que chocan con la legislación actual española



Por P.P.G Zaragoza

La preocupación por la muerte constituye el aspecto fundamental de muchas religiones, así que la mayor parte de las confesiones dictan los ritos y las pautas de comportamiento que deben de seguir sus fieles cuando se produce un deceso.

 En Aragón están presentes casi todas las grandes confesiones del planeta y en ocasiones la legislación vigente impide a los fieles enterrar a sus familiares o velar por ellos de la forma en que desearían hacerlo. Así, por ejemplo, aunque en Zaragoza está ubicado uno de los cementerios musulmanes más relevantes del territorio nacional (con 12.000 metros cuadrados), la normativa actual obliga a enterrar los cadáveres dentro de un ataúd, mientras el islam recomienda la inhumación solo con sudario para que el cuerpo esté en contacto directo con la tierra.
  
En el Islam
La comunidad islámica de Zaragoza explica que el uso obligado del ataúd provoca que la mayor parte de los musulmanes residentes en la Comunidad opte por volver a su país cuando son mayores o por la repatriación de los cuerpos, medida nada barata (más de 3.000 euros) pero que les permite enterrar a sus familiares tal y como estipula el rito musulmán. Esta teoría se ve corroborada por los datos: en Aragón residen más de 53.000 musulmanes y el año pasado fueron enterradas apenas 30 personas en el cementerio musulmán de Zaragoza.

 Abderrahmen Ben Chaabane, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Aragón, critica la estricta legislación nacional aunque reconoce los esfuerzos hechos hasta ahora por el Ayuntamiento de Zaragoza. El Consistorio cedió hace dos años a esta comunidad un edificio de 65 metros cuadrados en el cementerio para que, al menos, puedan preparar los cuerpos tal y como les exige el islam. En ese edificio se encargan de lavar con agua y jabón el cadáver, de la purificación ritual y de amortajar el cuerpo con sudarios de lino blanco. Tres sudarios en el caso de los hombres y cinco en el de las mujeres. Eso sí, después tienen que acatar la normativa española e introducir al fallecido en un féretro antes de enterrarlo.

 Las funerarias conocen las reticencias de los musulmanes hacia los ataúdes y poco a poco surgen modelos de féretros que intentan adaptarse en la medida de lo posible a los deseos de las familias. Según la funeraria Mémora, el modelo más solicitado por esta comunidad es el de madera más sencillo, sin símbolos religiosos y, a ser posible, con pequeños orificios en la parte de abajo para que el cuerpo esté más cerca de la tierra. 
  
Judaísmo
Como el judaísmo exige funerales muy parecidos a los del islam y la comunidad judía en Aragón es apenas relevante, Timna Segal coordinadora de la asociación Sefarad Aragón, explica que cuando han tenido que hacer un entierro según el rito judío han pedido ayuda y espacio en su cementerio a la comunidad musulmana. "El judaísmo también prefiere el contacto con la tierra pero aquí los creyentes optan por un féretro lo más sencillo posible y a ser posible, con algo de tierra dentro", aclara Timna.
  
Budismo
Hasta ahora también lo tenían complicado los budistas practicantes, de los que se calcula que hay más de 2.000 en Aragón, entre ellos parte de la comunidad china. Las distintas ramas del budismo consideran que morir es un proceso que se prolonga durante varios días después del acto en sí, por lo que la tradición exige no manipular el cuerpo hasta pasadas 72 horas del deceso. El plazo se prolonga según el grado de desarrollo espiritual de la persona. "Es un proceso de disolución y durante ese tiempo hay que velar a la persona, sin tocarla, para guiar a la mente en el proceso", explica Mar López, directora de un centro de meditación budista zen en Zaragoza. La legislación española, sin embargo, obliga e enterrar o incinerar el cadáver entre las 24 y las 48 horas siguientes a la defunción salvo que haya sido embalsamado.

 El budismo presente en España se ha adaptado a estas normas sanitarias y permite el embalsamamiento, lo que les preocupa ahora es 'la calidad' con la que se toca el cuerpo durante esa práctica y durante los traslados en hospitales o tanatorios. Por eso, este mismo año la Federación de Comunidades Budistas de España ha firmado un acuerdo con una gran empresa de servicios funerarios para asegurar un trato adecuado al cadáver. "Necesitamos que haya un ambiente de mucha tranquilidad alrededor del fallecido porque la consciencia es muy susceptible de ser distraída en su viaje", aclara Karma Tenta, monje del centro de budismo tibetano de Panillo.

 Además este convenio contempla que se prolonguen los tiempos en los tanatorios para poder velar durante más horas, ya que según reconoce Mar López, en ninguno de los funerales que ha tenido que organizar en Zaragoza a chinos budistas la familia ha podido velar durante 72 horas. Esta es otra de las razones por las que los chinos de Aragón optan por volver a su país cuando se hacen mayores.
  
Tanatorio aconfesional
El tanatorio del cementerio de Torrero se convirtió hace ya casi un año en 'aconfesional' a raíz de una reforma que transformó las cuatro capillas católicas que había hasta entonces en dos salas libres de adornos religiosos y una única capilla católica, aunque de mayor tamaño. Desde el tanatorio explican que esta reforma pretendía dar respuesta a las distintas sensibilidades religiosas presentes en el territorio aragonés, aunque reconocen que a día de hoy casi el 99% de los funerales que se practican son católicos.


Fuente: http://www.heraldo.es/noticias/aragon/2015/08/02/algunos_ritos_funerarios_que_chocan_con_legislacion_actual_426230_300.html

Tendencias: SoulInHeaven, un cementerio interactivo en 3D para la eternidad


Por Redacción Estrella Digital

SoulInHeaven, un cementerio virtual en 3D, emprende un camino nuevo e innovador. El sitio web es interactivo y está unido con el motor de videojuegos Unity 3D. Además, SoulInHeaven no utiliza ningún servidor de videojuegos, sino un servidor web, lo que permite reducir costes.   www.soulinheaven.com (SiH) es un cementerio interreligioso, virtual y en 3D para personas, animales y otras pérdidas. SoulInHeaven respeta todo tipo de duelo.

Los cementerios tradicionales están fuertemente reglamentados y su período de uso es limitado. SoulInHeaven está abierto en todo momento, haga el tiempo que haga. No importa si se vive lejos, si no se dispone de tiempo o si uno tiene problemas al caminar. SiH está a un clic de distancia.

El cementerio se encuentra dentro de un mar de nubes. Las sepulturas de las personas, nacimientos prematuros, animales, relaciones y cosas están separadas las unas de las otras. SoulInHeaven ofrece un libro de condolencias, funciones útiles de conmemoración y la posibilidad de diseñar las tumbas de manera individual.

Hay disponibles 20 objetos diferentes en 3D para decorar la sepultura, como plantas, velas, molinillos, ositos de peluche, etc. El usuario tiene a su disposición otras opciones como la de cargar fotos y una biografía o proteger la sepultura con contraseña.

Según una encuesta (362 respuestas) de SoulInHeaven, el 82 % de los encuestados desconocía el concepto de un cementerio virtual. El 48 % hará uso de un cementerio virtual en un futuro como lugar de descanso eterno adicional.


Fuente: http://www.estrelladigital.es/articulo/comunicados/soulinheaven-cementerio-interactivo-3d-eternidad/20150803190842248639.html

Tendencias: lápidas personalizadas en España


Por P.M D Cádiz

La imagen más clásica que suele venir a la mente cuando se piensa en un cementerio es la de pasillos con nichos situados en varias alturas y cubiertos de lápidas, generalmente en mármol blanco o negro con letras talladas donde aparece el nombre del difunto, las fechas de su biografía y, en su caso, algún epitafio. Esa imagen está a punto de cambiar radicalmente en los últimos destinos de la mayoría de los gaditanos; los cementerios de Chiclana y Puerto Real ofrecen ya un nuevo servicio por el que los familiares del difunto podrán diseñar una lápida completamente personalizada.

Este servicio se hace posible tras el acuerdo que ha firmado Cemabasa (la empresa mancomunada que gestiona ambos cementerios de la Bahía) con la empresa Forever US, por el que los usuarios de esos cementerios podrán encargar unas lápidas especiales, que según indican desde Cemabasa están implantándose con éxito en otros puntos de la geografía española.

Estas lápidas, que llevarán fondo de color blanco Macael, permitirá diseñar en diferentes formatos y opciones el fondo y los textos que servirán para recordar a la persona fallecida.

Como si de un supermercado se tratara, los clientes que adquieran este servicio tendrán que dar unos sencillos pasos: el primero será la elección de la lápida (que puede ser de modelo cinerario, nicho, o lápida de pie o de suelo); luego habrá que elegir entre una de las cuatro colecciones que ofrecen para el diseño (clásica, arte, rostro o diseño libre); el tercer paso será la elección del fondo (entre numerosos tonos de mármol que ofrece la empresa). Forever US incorpora la posibilidad de añadir algún motivo a ese diseño que se está seleccionando (una rosa, una cruz, la estrella de David, una paloma o un ángel, según el catálogo). Y para finalizar, el cliente tendrá que introducir los datos que vayan a aparecer en la lápida, pudiendo elegir entre diferentes tipos de letra. Tras comprobar el resultado final, desde la propia web se podrá confirmar el pedido.

Desde Cemabasa sí se indica al respecto (y ante la posibilidad de encontrar diseños demasiado originales) que se exigirá que la lápida respete los colores que predominen en ese entorno, para no perder la homogeneidad del cementerio a pesar de la personalización de cada rincón.

Fuente: http://www.diariodecadiz.es/article/cadiz/2084584/epitafio/mas/personal.html

Publicación: un recorrido por el Cementerio San Miguel de Málaga



Por Pablo Bujalance

Si las ciudades pueden leerse como libros, los capítulos más reveladores y paradójicamente parecidos a la vida se encuentran en los cementerios. El de San Miguel es un enclave representativo de Málaga por cuanto resume en su parcela las mayores luces que alumbró la urbe en los dos últimos siglos, pero también porque, aun sosteniendo un tesoro patrimonial de primer orden, es un verdadero desconocido. A ello contribuyó, claro, la clausura impuesta una vez que en 1986 dejaron de celebrarse enterramientos; pero también la mala salud de una memoria que en los últimos años se ha acercado al Cementerio de San Miguel puntualmente, sin terminar a decidirse del todo, muy a pesar de los trabajos de rehabilitación que, especialmente desde 2011, y aún en marcha, han devuelto al camposanto buena parte del esplendor perdido. Ahora, la directora de esta restauración, Araceli González, ha reunido la historia del Cementerio de San Miguel en un libro cuya publicación impulsa el Ayuntamiento a través de Promálaga y que se presentó ayer en el Consistorio con la presencia del alcalde, Francisco de la Torre; el portavoz del equipo de gobierno y responsable de Promálaga, Mario Cortés; y la propia autora, que confió en que la publicación (que se distribuirá en librerías) permita a los malagueños conocer a fondo un aliado inestimable de su pasado reciente.

La historia del Cementerio de San Miguel es, a fin de cuentas, y tal como subrayó el alcalde, la misma historia de Málaga en los siglos XIX y XX, especialmente en su dimensión empresarial, cultural y "benefactora". Su origen se remonta a la Real Cédula de Carlos III que en 1787 prohibió los enterramientos en iglesias: semejante mandato condujo a Málaga a la necesidad de construir un cementerio extramuros, y el Ayuntamiento adquirió para tal fin en 1803 los terrenos del actual Cementerio de San Miguel, que fueron bendecidos en 1810 como camposanto. En los 250 panteones y nichos que lo pueblan (algunos realizados por arquitectos como Jerónimo Cuervo, Fernando Guerrero Strachan y Manuel Rivera, y adornados con esculturas de Francisco Palma García y el italiano Lorenzo Bartolini entre otros artistas) descansan con sus familias los grandes referentes de la Málaga de la época: empresarios como Manuel Agustín Heredia, Manuel Domingo Larios, Jorge Loring, Félix Sáenz y Enrique Huelin; pintores como Antonio Muñoz Degrain y José Moreno Carbonero; escritores como Salvador Rueda y la norteamericana Jane Bowles (cuya tumba fue restaurada hace tres años por iniciativa del Instituto Municipal del Libro); y otras figuras elementales como la caritativa Trinidad Grund, el compositor Eduardo Ocón, el popular gangster Alvin Karpis (que en su día fue declarado enemigo público número uno en EEUU y que vivió sus últimos años en Torremolinos) y los 48 compañeros de José María de Torrijos que fueron fusilados en la playa de San Andrés en 1831, cuyos restos descansaron en San Miguel antes de su traslado a la cripta de la Plaza de la Merced (un monumento mantiene todavía el recuerdo debido a los héroes en el cementerio, donde también reposa el Padre Vicaría, el religioso que les procuró consuelo espiritual en sus últimos momentos). Aunque buena parte de los inquilinos del cementerio proceden de las clases más acomodadas en una Málaga que acusó históricamente graves diferencias sociales, De la Torre subrayó ayer que la ciudad obrera también tiene a algunos de sus líderes inhumados en San Miguel: es el caso de Rafael Salinas, fundador de la UGT en Málaga y uno de los primeros concejales socialistas en el Ayuntamiento durante la Segunda República.

Más allá de sus moradores, el Cementerio de San Miguel aspira a ser un lugar vivo: el pasado febrero fue incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, y el Ayuntamiento mantiene un amplio programa de visitas guiadas. Es hora de que la memoria se escriba hacia adelante.


La “Bella Durmiente” de Granada nominada a mejor historia documentada en el Concurso Cementerios de España.



Por EFE Granada

La historia de la "Bella durmiente" del cementerio municipal de Granada lidera las votaciones populares de la segunda edición del Concurso de Cementerios de España, una iniciativa en la que compiten 42 candidaturas de todo el país en cinco modalidades.
El concurso organizado por la Revista Adiós con el patrocinio de Funespaña y la colaboración de la Asociación de Funerarias y Cementerios Municipales, seleccionó 42 candidaturas de camposantos de todo el país que, desde hace un mes, compiten en cuatro categorías por conquistar el voto de los internautas.
La organización del concurso ha detallado en un comunicado que más de 4.000 personas han votado por sus favoritos durante el primer mes de plazo, que acabará en septiembre para proclamar en octubre a los ganadores de cada disciplina.
El cementerio de Granada lidera la clasificación de mejor historia documentada por su "Bella durmiente", un monumento del camposanto San José que se conoce también como la Novia ya que la historia cuenta que representa a una joven a la que le sobrevino la muerte el día de su matrimonio.
Sin embargo, la mujer tallada en mármol blanco que descansa sobre el enterramiento y recuerda a la bella durmiente del bosque era en realidad Dolores Mirasol de la Cámara, que falleció el 7 de agosto de 1881 y que ni era tan joven, ni aquel día iba a contraer matrimonio.
Junto al camposanto de Granada, que participa también en las modalidades de mejor monumento arquitectónico y mejor escultura, los internautas han destacado con sus votos los cementerios de Montánchez (Cáceres), Lugo y Avilés.
La organización del concurso ha anunciado además que todos los finalistas serán incluidos en la "Guía cultural y turística de cementerios españoles", recomendados por la Revista Adiós Cultural.

Fuente: http://www.ideal.es/granada/culturas/201508/07/bella-durmiente-granada-gana-20150807171848.html