El cementerio de la Recoleta constituye una de las mejores obras arquitectónicas de Buenos Aires, Argentina; como su nombre lo indica, se ubica en el Barrio La Recoleta. Posee alrededor de 4700 bóvedas distribuidas en una organización de manzanas y amplias avenidas, una superficie total de 54.843 m2.
Nació como un camposanto aledaño a la Iglesia del Pilar, hasta que en 1822 el Gobernador Martínn Rodriguez a través de su ministro Rivadavia, destinó una gran parte del huerto a los frailes recoletos, para enterratorio general, llamándolo Cementerio del Norte. El proyecto original fue encomendado al ingeniero francés Próspero Catelín, (autor de la fachada de la Catedral), conservándose aún gran parte del trazado original de sus calles interiores.
En 1881, el primer intendente de Buenos Aires, Torcuato de Alvear, encargó la tarea de remodelación del Cementerio al arquitecto Juan A. Buschiazzo, quien diseñó el característico muro perimetral de ladrillos de máquina, con juntas a la iglesia y al pórtico de entrada. Surgieron calles internas, se amplió la capilla y las esculturas tomaron un marcado estilo francés.
Desde el siglo pasado hasta la actualidad reposan aquí presidentes, hombres de la cultura, del deporte, y de las ciencias. La riqueza de las tumbas es un claro reflejo de la opulencia que reinaba en cierto sector del país en esa época. Tanto en las viviendas como en los sepulcros se demostraba el status económico y social al que pertenecían sus propietarios. Fue así como la mayoría de los materiales y detalles arquitectónicos empleados en la construcción de las tumbas, durante el período comprendido entre 1880 y 1930, fueron importados de París y Milán.
Es así como el cementerio de la Recoleta es un reflejo de diferentes estilos arquitectónicos, en donde diversas personalidades fundamentales de la historia de Argentina se encuentran enterradas allí, entre estatuas exquisitas, árboles y obras que parecieran competir entre sí.
El peristilo posee piso de mármol. A la derecha se encuentra la capilla realizada en una sola pieza de mármol con la imagen de Cristo, ubicada en una hornacina, obra del escultor Monteverde, traída de Europa en 1887.
Arquitecto: Juan A. Buschiazzo
Ubicación: Barrio de la Recoleta, Buenos Aires, Argentina
Año Proyecto: 1881
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