Un reconocido historiador ruso tenía 29 momias en su casa, que habían sido desenterradas de cementerios de la ciudad de Nizhny Novgoro. Estaban vestidas con ropas extraídas de las tumbas
Un video de la Policía, que muestra el departamento del arrestado en la ciudad de Nizhny Novgorod, ofreció una visión siniestra de lo que parecen ser muñecos vestidos con ropas y chales brillantes; algunos, con las manos y rostros aparentemente envueltos en paños.
La Policía dijo que eran restos momificados y que el hombre sólo había elegido cadáveres de mujeres jóvenes para su macabra colección.
Si bien las autoridades se negaron a identificar al detenido, dieron a conocer sus fotografías. Gracias a eso, inmediatamente fue reconocido por la prensa local como Anatoly Moskvin, un historiador de 45 años considerado el máximo experto en cementerios de la ciudad. Su gran interés por los difuntos le sirvió también para escribir.
El mes pasado, Moskvin contó, en uno de sus artículos, su interés por los muertos. Relató que cuando tenía doce años, pasó frente a un cortejo fúnebre cuyos participantes lo obligaron a besar el rostro de una niña de once años muerta. Agregó que más adelante se apasionó por lo oculto.
Autodidacta y experto en lingüística, se especializó, además, en cultura celta y aprendió a dominar trece idiomas.
Sobre su detención, circulan distintas versiones. La oficial es que su arresto sobrevino después de una larga investigación sobre la profanación de tumbas en varios cementerios locales, según contó la vocera policial Svetlana Kovylina.
De acuerdo con el diario nacional Moskovsky Komsomolets, el historiador fue detenido en un cementerio mientras portaba una bolsa con huesos. Y, por otro lado, Kriminalnaya Khronika, una publicación especializada en crónicas de delitos en la región, indicó que los detectives descubrieron los cadáveres cuando visitaron a Moskvin para consultarle sobre las profanaciones.
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