viernes, 13 de julio de 2012

Abren la cripta de la Catedral de Cuenca

Por una pequeña puerta de madera, ubicada a lado izquierdo del altar mayor de la Catedral de La Inmaculada de la capital azuaya, se accede a 32 gradas elaboradas con mármol de Carrara (Italia). A través de esa estructura se llega a la cripta de este templo. Allí están enterradas personas ilustres de la ciudad como el periodista Fray Vicente Solano, el poeta Remigio Crespo Toral y los religiosos Daniel Hermida, Miguel Cordero Crespo, Tomás Toral, José Vicente Arízaga, Eudoxia Alvarado, entre otros. Según el rector de la Catedral, Guillermo Andrade, la cripta estaba destinada para que sean enterrados los hombres ilustres de la capital azuaya como los poetas, los religiosos y los militares. “Ellos son parte de la historia de Cuenca”. En la actualidad, solo hay espacios para sacerdotes. En junio pasado, la comunidad de las madres Sacramentinas decidió abrir las puertas de esa cripta. Su objetivo es mostrar la riqueza cultural que guarda este sitio patrimonial. Andrade se remonta al origen del espacio y dice que en 1885 se inició la construcción junto con el levantamiento de la iglesia. Esa obra fue encomendada por el obispo Miguel León al sacerdote alemán Juan Stiehle. También, destaca Andrade, la colaboración del indígena Luis Antonio Chicaiza, quien fue el maestro de la obra. Él dice que por su aporte sus restos también reposan en ese espacio. En su interior, un sistema automático de iluminación alumbra los 96 metros de largo y los 12 metros de ancho de la cripta. Es un lugar lúgubre, de paredes blancas, en el que destaca una capilla con 10 filas de bancas de madera. Al frente está la imagen de Jesús y a sus lados esculturas de María Magdalena y San Juan. Según la madre, Delia Chulco, una de las cinco religiosas de la comunidad Sacramentina, antes la cripta solo se abría el 2 de noviembre por el Día de los Difuntos y esporádicamente cuando los sacerdotes celebran una misa en honor a algún familiar. Chulco recuerda que hasta el año pasado el espacio lucía descuidado porque existían desechos y materiales en las bóvedas y nichos. Ella junto a Manuel Jarro, quien se encarga de las tareas de limpieza, cambiaron la imagen del lugar y lo adecentaron. Jarro recuerda que en febrero pasado la cripta se inundó por el fuerte temporal invernal en el Austro y porque existe una filtración desde la calle Santa Ana. Pero aún no se ha solucionado. Al continuar con el recorrido se observa la bóveda de Manuel Serrano Abad, quien fue el primer obispo de Cuenca. En este lugar hay un total de 198 bóvedas. En esa misma área reposan los restos del escritor, sacerdote y periodista Fray Vicente Solano. Con letras negras está escrito 1 de octubre de 1865, la fecha que fue enterrado. Fue el precursor de periódicos como El Eco del Azuay, La Luz y La Escoba. A pocos pasos se encuentra otro espacio de nichos y en total hay 322. Las religiosas tienen un registro detallado con las fechas de las personas enterradas. Actualmente, casi no existe espacio, solo hay unos pocos nichos para sacerdotes. Con la apertura de la cripta, los familiares aprovechan para visitar a sus parientes. Juan Francisco Moreno, de 19 años, aprovechó la facilidad de ingresar para que su enamorada conozca el espacio donde está enterrado su tatarabuelo Manuel Terreros. También una tía religiosa Domitila Mera. Para Moreno, al recorrer el sitio se conoce parte de la identidad de los cuencanos, a través de los hombres ilustres que están allí. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio de Cuenca, Daniel Astudillo, es importante que los ciudadanos conozcan esa riqueza cultural a través de estos lugares. La Municipalidad, en junio pasado, lanzó una campaña para que los niños de los planteles educativos conozcan los sitios patrimoniales. Esta iniciativa busca que visiten lugares íconos como la Catedral y la iglesia de Todos Santos, donde se celebró la primera misa en Cuenca. Otros detalles El horario de visitas es de lunes a viernes de 08:00 a 09:15 y de 10:30 a 11:30. En las tardes entre las 14:30 y las 16:00. Los sábados y domingos desde las 08:30 hasta las 09:00 y de 10:30 a 11:30. La entrada cuesta USD 0,50. Otro atractivo de la Catedral de La Inmaculada son los 60 vitrales elaborados por el artista español Guillermo Larrazábal. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales, Daniel Astudillo, el Municipio destina USD 75 000 para el mantenimiento de edificaciones patrimoniales como los templos.
Fuente:  http://www.elcomercio.com/cultura/cripta-Catedral-Cuenca-muestra-historia_0_734926712.html
Por una pequeña puerta de madera, ubicada a lado izquierdo del altar mayor de la Catedral de La Inmaculada de la capital azuaya, se accede a 32 gradas elaboradas con mármol de Carrara (Italia). A través de esa estructura se llega a la cripta de este templo. Allí están enterradas personas ilustres de la ciudad como el periodista Fray Vicente Solano, el poeta Remigio Crespo Toral y los religiosos Daniel Hermida, Miguel Cordero Crespo, Tomás Toral, José Vicente Arízaga, Eudoxia Alvarado, entre otros. Según el rector de la Catedral, Guillermo Andrade, la cripta estaba destinada para que sean enterrados los hombres ilustres de la capital azuaya como los poetas, los religiosos y los militares. “Ellos son parte de la historia de Cuenca”. En la actualidad, solo hay espacios para sacerdotes. En junio pasado, la comunidad de las madres Sacramentinas decidió abrir las puertas de esa cripta. Su objetivo es mostrar la riqueza cultural que guarda este sitio patrimonial. Andrade se remonta al origen del espacio y dice que en 1885 se inició la construcción junto con el levantamiento de la iglesia. Esa obra fue encomendada por el obispo Miguel León al sacerdote alemán Juan Stiehle. También, destaca Andrade, la colaboración del indígena Luis Antonio Chicaiza, quien fue el maestro de la obra. Él dice que por su aporte sus restos también reposan en ese espacio. En su interior, un sistema automático de iluminación alumbra los 96 metros de largo y los 12 metros de ancho de la cripta. Es un lugar lúgubre, de paredes blancas, en el que destaca una capilla con 10 filas de bancas de madera. Al frente está la imagen de Jesús y a sus lados esculturas de María Magdalena y San Juan. Según la madre, Delia Chulco, una de las cinco religiosas de la comunidad Sacramentina, antes la cripta solo se abría el 2 de noviembre por el Día de los Difuntos y esporádicamente cuando los sacerdotes celebran una misa en honor a algún familiar. Chulco recuerda que hasta el año pasado el espacio lucía descuidado porque existían desechos y materiales en las bóvedas y nichos. Ella junto a Manuel Jarro, quien se encarga de las tareas de limpieza, cambiaron la imagen del lugar y lo adecentaron. Jarro recuerda que en febrero pasado la cripta se inundó por el fuerte temporal invernal en el Austro y porque existe una filtración desde la calle Santa Ana. Pero aún no se ha solucionado. Al continuar con el recorrido se observa la bóveda de Manuel Serrano Abad, quien fue el primer obispo de Cuenca. En este lugar hay un total de 198 bóvedas. En esa misma área reposan los restos del escritor, sacerdote y periodista Fray Vicente Solano. Con letras negras está escrito 1 de octubre de 1865, la fecha que fue enterrado. Fue el precursor de periódicos como El Eco del Azuay, La Luz y La Escoba. A pocos pasos se encuentra otro espacio de nichos y en total hay 322. Las religiosas tienen un registro detallado con las fechas de las personas enterradas. Actualmente, casi no existe espacio, solo hay unos pocos nichos para sacerdotes. Con la apertura de la cripta, los familiares aprovechan para visitar a sus parientes. Juan Francisco Moreno, de 19 años, aprovechó la facilidad de ingresar para que su enamorada conozca el espacio donde está enterrado su tatarabuelo Manuel Terreros. También una tía religiosa Domitila Mera. Para Moreno, al recorrer el sitio se conoce parte de la identidad de los cuencanos, a través de los hombres ilustres que están allí. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio de Cuenca, Daniel Astudillo, es importante que los ciudadanos conozcan esa riqueza cultural a través de estos lugares. La Municipalidad, en junio pasado, lanzó una campaña para que los niños de los planteles educativos conozcan los sitios patrimoniales. Esta iniciativa busca que visiten lugares íconos como la Catedral y la iglesia de Todos Santos, donde se celebró la primera misa en Cuenca. Otros detalles El horario de visitas es de lunes a viernes de 08:00 a 09:15 y de 10:30 a 11:30. En las tardes entre las 14:30 y las 16:00. Los sábados y domingos desde las 08:30 hasta las 09:00 y de 10:30 a 11:30. La entrada cuesta USD 0,50. Otro atractivo de la Catedral de La Inmaculada son los 60 vitrales elaborados por el artista español Guillermo Larrazábal. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales, Daniel Astudillo, el Municipio destina USD 75 000 para el mantenimiento de edificaciones patrimoniales como los templos.

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/cultura/cripta-Catedral-Cuenca-muestra-historia_0_734926712.html. Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. ElComercio.com
Por una pequeña puerta de madera, ubicada a lado izquierdo del altar mayor de la Catedral de La Inmaculada de la capital azuaya, se accede a 32 gradas elaboradas con mármol de Carrara (Italia). A través de esa estructura se llega a la cripta de este templo. Allí están enterradas personas ilustres de la ciudad como el periodista Fray Vicente Solano, el poeta Remigio Crespo Toral y los religiosos Daniel Hermida, Miguel Cordero Crespo, Tomás Toral, José Vicente Arízaga, Eudoxia Alvarado, entre otros. Según el rector de la Catedral, Guillermo Andrade, la cripta estaba destinada para que sean enterrados los hombres ilustres de la capital azuaya como los poetas, los religiosos y los militares. “Ellos son parte de la historia de Cuenca”. En la actualidad, solo hay espacios para sacerdotes. En junio pasado, la comunidad de las madres Sacramentinas decidió abrir las puertas de esa cripta. Su objetivo es mostrar la riqueza cultural que guarda este sitio patrimonial. Andrade se remonta al origen del espacio y dice que en 1885 se inició la construcción junto con el levantamiento de la iglesia. Esa obra fue encomendada por el obispo Miguel León al sacerdote alemán Juan Stiehle. También, destaca Andrade, la colaboración del indígena Luis Antonio Chicaiza, quien fue el maestro de la obra. Él dice que por su aporte sus restos también reposan en ese espacio. En su interior, un sistema automático de iluminación alumbra los 96 metros de largo y los 12 metros de ancho de la cripta. Es un lugar lúgubre, de paredes blancas, en el que destaca una capilla con 10 filas de bancas de madera. Al frente está la imagen de Jesús y a sus lados esculturas de María Magdalena y San Juan. Según la madre, Delia Chulco, una de las cinco religiosas de la comunidad Sacramentina, antes la cripta solo se abría el 2 de noviembre por el Día de los Difuntos y esporádicamente cuando los sacerdotes celebran una misa en honor a algún familiar. Chulco recuerda que hasta el año pasado el espacio lucía descuidado porque existían desechos y materiales en las bóvedas y nichos. Ella junto a Manuel Jarro, quien se encarga de las tareas de limpieza, cambiaron la imagen del lugar y lo adecentaron. Jarro recuerda que en febrero pasado la cripta se inundó por el fuerte temporal invernal en el Austro y porque existe una filtración desde la calle Santa Ana. Pero aún no se ha solucionado. Al continuar con el recorrido se observa la bóveda de Manuel Serrano Abad, quien fue el primer obispo de Cuenca. En este lugar hay un total de 198 bóvedas. En esa misma área reposan los restos del escritor, sacerdote y periodista Fray Vicente Solano. Con letras negras está escrito 1 de octubre de 1865, la fecha que fue enterrado. Fue el precursor de periódicos como El Eco del Azuay, La Luz y La Escoba. A pocos pasos se encuentra otro espacio de nichos y en total hay 322. Las religiosas tienen un registro detallado con las fechas de las personas enterradas. Actualmente, casi no existe espacio, solo hay unos pocos nichos para sacerdotes. Con la apertura de la cripta, los familiares aprovechan para visitar a sus parientes. Juan Francisco Moreno, de 19 años, aprovechó la facilidad de ingresar para que su enamorada conozca el espacio donde está enterrado su tatarabuelo Manuel Terreros. También una tía religiosa Domitila Mera. Para Moreno, al recorrer el sitio se conoce parte de la identidad de los cuencanos, a través de los hombres ilustres que están allí. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio de Cuenca, Daniel Astudillo, es importante que los ciudadanos conozcan esa riqueza cultural a través de estos lugares. La Municipalidad, en junio pasado, lanzó una campaña para que los niños de los planteles educativos conozcan los sitios patrimoniales. Esta iniciativa busca que visiten lugares íconos como la Catedral y la iglesia de Todos Santos, donde se celebró la primera misa en Cuenca. Otros detalles El horario de visitas es de lunes a viernes de 08:00 a 09:15 y de 10:30 a 11:30. En las tardes entre las 14:30 y las 16:00. Los sábados y domingos desde las 08:30 hasta las 09:00 y de 10:30 a 11:30. La entrada cuesta USD 0,50. Otro atractivo de la Catedral de La Inmaculada son los 60 vitrales elaborados por el artista español Guillermo Larrazábal. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales, Daniel Astudillo, el Municipio destina USD 75 000 para el mantenimiento de edificaciones patrimoniales como los templos.

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Por una pequeña puerta de madera, ubicada a lado izquierdo del altar mayor de la Catedral de La Inmaculada de la capital azuaya, se accede a 32 gradas elaboradas con mármol de Carrara (Italia). A través de esa estructura se llega a la cripta de este templo. Allí están enterradas personas ilustres de la ciudad como el periodista Fray Vicente Solano, el poeta Remigio Crespo Toral y los religiosos Daniel Hermida, Miguel Cordero Crespo, Tomás Toral, José Vicente Arízaga, Eudoxia Alvarado, entre otros. Según el rector de la Catedral, Guillermo Andrade, la cripta estaba destinada para que sean enterrados los hombres ilustres de la capital azuaya como los poetas, los religiosos y los militares. “Ellos son parte de la historia de Cuenca”. En la actualidad, solo hay espacios para sacerdotes. En junio pasado, la comunidad de las madres Sacramentinas decidió abrir las puertas de esa cripta. Su objetivo es mostrar la riqueza cultural que guarda este sitio patrimonial. Andrade se remonta al origen del espacio y dice que en 1885 se inició la construcción junto con el levantamiento de la iglesia. Esa obra fue encomendada por el obispo Miguel León al sacerdote alemán Juan Stiehle. También, destaca Andrade, la colaboración del indígena Luis Antonio Chicaiza, quien fue el maestro de la obra. Él dice que por su aporte sus restos también reposan en ese espacio. En su interior, un sistema automático de iluminación alumbra los 96 metros de largo y los 12 metros de ancho de la cripta. Es un lugar lúgubre, de paredes blancas, en el que destaca una capilla con 10 filas de bancas de madera. Al frente está la imagen de Jesús y a sus lados esculturas de María Magdalena y San Juan. Según la madre, Delia Chulco, una de las cinco religiosas de la comunidad Sacramentina, antes la cripta solo se abría el 2 de noviembre por el Día de los Difuntos y esporádicamente cuando los sacerdotes celebran una misa en honor a algún familiar. Chulco recuerda que hasta el año pasado el espacio lucía descuidado porque existían desechos y materiales en las bóvedas y nichos. Ella junto a Manuel Jarro, quien se encarga de las tareas de limpieza, cambiaron la imagen del lugar y lo adecentaron. Jarro recuerda que en febrero pasado la cripta se inundó por el fuerte temporal invernal en el Austro y porque existe una filtración desde la calle Santa Ana. Pero aún no se ha solucionado. Al continuar con el recorrido se observa la bóveda de Manuel Serrano Abad, quien fue el primer obispo de Cuenca. En este lugar hay un total de 198 bóvedas. En esa misma área reposan los restos del escritor, sacerdote y periodista Fray Vicente Solano. Con letras negras está escrito 1 de octubre de 1865, la fecha que fue enterrado. Fue el precursor de periódicos como El Eco del Azuay, La Luz y La Escoba. A pocos pasos se encuentra otro espacio de nichos y en total hay 322. Las religiosas tienen un registro detallado con las fechas de las personas enterradas. Actualmente, casi no existe espacio, solo hay unos pocos nichos para sacerdotes. Con la apertura de la cripta, los familiares aprovechan para visitar a sus parientes. Juan Francisco Moreno, de 19 años, aprovechó la facilidad de ingresar para que su enamorada conozca el espacio donde está enterrado su tatarabuelo Manuel Terreros. También una tía religiosa Domitila Mera. Para Moreno, al recorrer el sitio se conoce parte de la identidad de los cuencanos, a través de los hombres ilustres que están allí. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales del Municipio de Cuenca, Daniel Astudillo, es importante que los ciudadanos conozcan esa riqueza cultural a través de estos lugares. La Municipalidad, en junio pasado, lanzó una campaña para que los niños de los planteles educativos conozcan los sitios patrimoniales. Esta iniciativa busca que visiten lugares íconos como la Catedral y la iglesia de Todos Santos, donde se celebró la primera misa en Cuenca. Otros detalles El horario de visitas es de lunes a viernes de 08:00 a 09:15 y de 10:30 a 11:30. En las tardes entre las 14:30 y las 16:00. Los sábados y domingos desde las 08:30 hasta las 09:00 y de 10:30 a 11:30. La entrada cuesta USD 0,50. Otro atractivo de la Catedral de La Inmaculada son los 60 vitrales elaborados por el artista español Guillermo Larrazábal. Según el director de Áreas Históricas y Patrimoniales, Daniel Astudillo, el Municipio destina USD 75 000 para el mantenimiento de edificaciones patrimoniales como los templos.

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