Por DPA
La muerte tiene
también su lado estético. Al menos para los organizadores de un inusual
concurso de belleza en Alemania: la elección de “Miss Despedida”, la
propietaria de empresa fúnebre más bonita del país.
Casi medio centenar
de “enterradoras” de toda Alemania se presentaron al concurso sin igual en el
mundo, convocado por un portal que compara precios entre funerarias con el
objetivo de dar algo de brillo a la imagen no precisamente festiva del sector.
“Es maravilloso ver
con otra luz un tema triste y tabú”, explica la ganadora de la primera edición
del concurso, Rahel Merks, una mujer de 36 años nacida en Suiza que tiene una
funeraria en Lauchheim, sur de Alemania.
De ojos grandes y
largo pelo negro, la primera “Miss Despedida” habla sentada en un sofá y
flanqueada por una vela. Su cuñado le avisó del concurso, cuenta, y ella envió
varias fotos y una descripción en la que se presenta como “una mujer en medio
de la vida”.
No sólo su apariencia
le permitió llevarse el premio, señaló el jurado, sino también su “halo
alegre”. “La belleza tiene que ver con la madureza y el carácter”, explica la
propia Merks, que asegura “no plantearse” competir en otros certámenes de
belleza.
Pero la idea no
entusiasma a todos en el sector. “En un ámbito tan delicado como éste, está muy
en el límite”, sostiene Hans-Joachim Möller, jefe de la Asociación de
Funerarias Independientes.
Rolf Lichtner,
director de la Unión Alemana de Funerarias, considera el evento “una ocurrencia
amable”. Su institución no habría organizado un concurso así, explica. “Pero
tampoco es malo que una mujer de una funeraria sea bella”.
Rahel Merks trabaja
desde hace más de diez años en el sector junto con su marido. Elegir la
profesión de funeraria no le resultó fácil: “Lo estuve pensando un año”,
recuerda.
Hoy, sin embargo, se
siente encantada con su trabajo. “Ya no se trata más del hombre de negro con
sombrero, como antes”, explica. Para Merks, hoy tienen cada vez más importancia
valores como empatía o capacidad para transmitir esperanza y fe.
También sus tareas
cumbren un amplio abanico: Merks diseña los anuncios de la empresa, pronuncia
discursos fúnebres, lava y maquilla a los muertos, crea la decoración de las
tumbas y conversa con los familiares. “La gente necesita hablar”.
Para Lichtner, la de
enterrador es “una profesión atractiva, porque es polifacética y requiere
competencias humanas”. Según el jefe del sector, la demanda de formación para
trabajar en funerarias supera claramente la oferta.
También la cuota
femenina sale bien parada con un 45 por ciento. “Las mujeres son especialmente
comprensivas y enriquecen la profesión”, cuenta el experto. Rahel Merks, la
primera “Miss Despedida”, parece ser una prueba de ello.
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