El sitio funerario de 5.000 años de antigüedad, localizado en South Ronaldsay, Islas Orkney, fue descubierto accidentalmente luego de que un propietario nivelara un montículo de su patio para mejorar la vista al mar.
Las autoridades fueron notificadas del descubrimiento en 2010, luego de que un residente posterior, Hamish Mowatt, adivinara la importancia del sitio.
Mowatt había bajado una cámara entre las lápidas de piedra del techo de la tumba y se topó con un cráneo prehistórico colocado sobre un lodoso revoltijo de huesos.
“Anteriormente, nadie sabía que fuera un sitio arqueológico”, dijo Julie Gibson, arqueóloga del condado de Orkney.
Excavaciones parciales en el sitio, llamado Tumba Banks, lo han confirmado como el primer cementerio intacto del neolítico desenterrado en Escocia en casi 30 años, informó Gibson en junio.
“Ciertamente, es raro encontrar uno cuyos elementos estén tan bien preservados”, explicó la arqueóloga. “Tenemos restos varios de muchas, muchas personas que han sido depositadas en esta tumba en distintos tiempos”, acotó.
Tumba de las Nutrias
La tumba subterránea consiste de una cámara central de 4 x 0,75 metros rodeada por cuatro cuartos más chicos labrados con cimientos de piedra arenisca. Coronando la cámara central hay grandes lápidas de piedra lavadas por el agua, apuntaladas con muros y pilares de piedra.
Hasta la fecha por lo menos se han encontrado mil partes de esqueletos pertenecientes a una mezcla de hombres y mujeres de varios grupos de edad, incluyendo bebés.
Capas de cieno dividen los restos, sugiriendo que la tumba se usó durante muchas generaciones, destacó Gibson. El sitio también ha sido apodado Tumba de las Nutrias porque las excavaciones iniciales revelaron huesos y estiércol de nutrias prehistóricas entre los restos humanos. Los restos animales indican que la gente sólo visitaba el cementerio esporádicamente.
“Sugiere que la tumba no estaba completamente sellada y que las nutrias entraban y salían mucho” durante la vida de la tumba, señaló Gibson. “Para que eso ocurra, debemos pensar que había una brecha de uno o dos años” entre los entierros o las visitas a la tumba.
Hasta el momento, las excavaciones, encabezadas por el Centro de Investigación Arqueológica Orkney, “apenas han arañado la superficie”, consideró Gibson. La arqueóloga confía en que el sitio rinda importantes pistas sobre las prácticas funerarias del neolítico.
Por ejemplo, los investigadores esperan que el análisis isotópico y de ADN de los huesos humanos revele si los muertos eran familiares cercanos y si venían de la misma comunidad isleña cerrada o si los entierros incluían gente de otro lado.
Los arqueólogos también investigarán si los huesos fueron sacados de la tumba para propósitos rituales: “Esta tumba está absolutamente llena de restos, pero como sucede con la mayoría (de las demás tumbas de la Edad de Piedra), al final de hecho no contienen tantas personas”, aclaró Gibson.
Mientras tanto, estudios recientes de restos encontrados en la vecina Tumba de las Águilas sugieren que la vida en la comunidad de agricultores neolíticos de Orkney era mucho menos armoniosa de lo que se pensaba.
Por lo menos 20 por ciento de los cráneos de ese sitio arqueológico de hace 5.000 años -situado a poco más de kilómetro y medio de la Tumba de las Nutrias- muestra señales de trauma consistentes en golpes violentos de armas filosas o toscas.
Investigaciones similares se están realizando en los esqueletos del sitio recién descubierto.
“La vida neolítica ha tenido cierto tipo de imagen hippie”, observó Gibson. “Pero podríamos estar viendo violencia de forma ritual”, agregó.
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