Por: Valentina Vogt
Para EL TIEMPO
valalb@eltiempo.com
Fotografías: Jaiver Nieto
Fuente: http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/el-cementerio-san-pedro-es-un-referente-iberoamericano-207820
El Museo Cementerio San Pedro es una réplica concentrada de
Medellín. Está dividido por barrios, que a su vez fragmentan la superficie por
estratos; están los populares y las élites haciendo un retrato de una realidad
social que perdura. Está comprimida la historia, con sus violencias y sus
dolores. Está dibujada una corriente artística, con sus mutaciones. Y también
la transformación arquitectónica que habla de un cambio de percepción.
Pero además, el camposanto es un referente estadístico con datos
reales de la vida y la muerte. Y esos opuestos albergan ejemplos de olvidos
personales alrededor de tumbas que no reciben visitas. Pero también lápidas a
las que les brotan recuerdos y flores y cartas de adiós.
Además de ser la necrópolis más antigua que todavía está en uso en
Medellín, el lugar ha logrado posicionarse como un punto de encuentro cultural
desde que se convirtió en museo hace 20 años, asumiendo la memoria como un
valor atractivo.
En 1998 el espacio fue declarado museo. Para el Concejo
Internacional de Museos (Icom), los requisitos para la declaratoria son: ser un
espacio abierto al público, que conserva, investiga, comunica y expone el
patrimonio material e inmaterial de la humanidad. Y todo lo cumplía y lo sigue
cumpliendo el San Pedro.
La Red Iberoamericana de Valoración y Gestión de Cementerios
Patrimoniales, una alianza consolidada en el año 2000 para proteger espacios
como este en 13 países hispanohablantes, decidió reconocer los esfuerzos del
camposanto por ser un referente para los demás camposantos.
De hecho, el primer encuentro de la red se llevó a cabo en el San
Pedro hace más de 18 años, pues desde entonces era validado por los integrantes
de varios países como una referencia.
Cementerios como el de la Recoleta, en Buenos Aires (Argentina) o
el Torrero de Zaragoza (España) también hacen parte de la red y, según Diego
Bernal, historiador y miembro activo de la corporación, estos espacios, que
también cuentan con un valor histórico y cultural evidente, han encontrado
inspiración en la experiencia del San Pedro.
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“El cementerio para la red es una escuela por su innovación.
Aportó para que el cementerio de Lima (Perú) sea hoy un museo cementerio,
también para el Británico de Montevideo (Uruguay)”, aseguró Bernal.
La red quiso entonces, reconocer el trabajo que ha permitido
recuperar un espacio que simbólicamente estaba muy deteriorado, que había
perdido viabilidad con el paso del tiempo.
Son 176 años de historia alojada en 30.000 metros cuadrados de
tierra. Un lugar que puede contar mejor que cualquier historiador el acontecer
local y que sigue alimentándose de nuevos relatos. Parte de esa capacidad está
en la forma de repensar un espacio como este.
Para Patricia García, directora del Museo Cementerio San Pedro, el
valor del espacio radica, sin duda, en las vidas interrumpidas de quienes han
llegado desde 1842, año en el que fue fundado gracias a la iniciativa del
médico Pedro Uribe Restrepo.
En ese sentido, el entendimiento del camposanto como un lugar de
encuentro en la ciudad, no puede darse sin reconocer que su función principal
es la de darle sepultura a los muertos. “Tenemos que entender su condición de
cementerio, para entenderlo como museo”, aseguró.
Entre la tradición de quienes celebran la vida de los familiares
que perdieron, una variada oferta cultural permite involucrar a las nuevas
generaciones en las prácticas que se dan dentro del cementerio. “Con sus
historias y materialidad han demostrado efectos y sentimientos que nos sirven
para contar una historia que no es la de la muerte, es la de la memoria”,
agregó la directora.
Lo que empezó siendo una auto representación de las élites,
quienes decidieron crear el espacio, es hoy un punto de convergencia tan real
como la confluencia natural de las gentes de Medellín. Y los visitantes pueden
llevarse una impresión de la ciudad, gracias a un guión museológico que divide
el lugar en cuatro momentos: los cambios de la sociedad antioqueña alrededor de
los años veinte, la apropiación del espacio por parte de la cultura popular
entre 1971 y 1997 y la reflexión que inunda hoy los rincones de la necrópolis.
Ser un escenario cultural, le ha permitido al San Pedro mantenerse
en los imaginarios sociales de la ciudad. Sin embargo, desde su administración
aseguran que el sostenimiento del cementerio se logra a través de la sepultura,
y que la cultura es un valor agregado, una puerta al conocimiento y una forma
de construir identidad.
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